Defender la posición desde esta sólida banqueta ante la cual me inclino para besar su rostro. No existe el mundo detrás de su mirada. Ni en este gesto de flexionar las rodillas ante lo cotidiano. No me asombra ni me empequeñece. No me basta. Todo puede dormir hasta mañana que yo reposo en la sonrisa.
Texto agregado el 14-05-2022, y leído por 105 visitantes. (4 votos)