Indecisiones.

Otro domingo en soledad, Doris y los chicos han vuelto a salir y yo me he quedado solo en la casa.
No sé qué ocurre, desde hace un tiempo creo que este ya no es mi lugar y que debo irme, aunque no sé a dónde, me siento tan solo.
La casa se siente tan fría cuando ellos no están que ni el calor de la estufa parece entibiarla.
¿Qué debo hacer, irme y dejarlos o quedarme y que me ignoren? No es fácil, tantos años juntos y ahora esto, es muy difícil para mí.
Este era el terrible pensamiento de Julio una persona indecisa y mientras imaginaba toda serie de cosas y pensamientos raros, entran en la casa Doris, su esposa y sus hijos quienes hablando entre ellos decían que ya no tenía sentido ir todos los domingos al cementerio, sabían que su esposo y su padre no estaba allí, que no parecía estar en el cementerio, que esa tumba sólo tenía los restos de un cuerpo que una vez fuera un amante esposo y excelente padre. Pero que él ya no estaba.
Al fin la mente aún viva de Julio, lo entendió, él ya no pertenecía a esa casa, había dejado el mundo de los vivos sin darse cuenta.
Y abandonando para siempre la que antaño fuera su casa y su familia, partió hacia otro plano, aunque su mente jamás los dejaría porque su pensamiento no había muerto y los seguiría queriendo hasta el día que volvieran a encontrarse.
Omenia
8/5/2022