Crónica del diario vivir
Taller literario
Un día de trabajo con muchas ideas compartidas en nuestro particular taller de letras, reunidos en mi departamento, estábamos escribiendo un cuento largo a varias voces y manos, con escritura bien discutida, borrada, corregida, otra vez borrada y vuelta a escribir.
Éramos cinco amantes de las letras: el gringo John, el italiano Giuseppe, Mimí la francesita, el chileno Lucho y yo también chileno.
Sin darnos cuenta, las cuatro de la tarde y nada para almorzar.
En la despensa solamente una bandeja con huevos, varias cebollas grandes, aceite y pan
Lo que, si había en abundancia, aunque igual todos consideramos poca, era cerveza, por lo tanto mi amigo Lucho se ofreció para ir a comprar más.
No se me ocurrió otra cosa que pelar cuatro o cinco cebollas, cortarlas a la pluma o juliana, sofreírlas, agregar unos cuantos huevos, salpimentar y revolver, además calentar el pan y destapar cinco cervezas.
¡Listo, a almorzar muchachos!
—¡Hoooouu, scrambled eggs with onions! Exclamó John
—¡Squisitezza, uova strapazzate con cipolle! Acotó Giuseppe
—¡Ulalá, Oeufs brouillés aux oignons! Con mucha gracia lo manifestó la francesita
Y el Lucho que venía llegando con un cargamento de cerveza, desde la puerta con voz impostada casi gritó:
—¡Ayayay…! ¿Qué es eso tan apetitoso que merece tantas alabanzas y en diferentes idiomas?
—Al ver la sartén humeante en la mesa agregó:
—¡Bhaaaa… pu…ta la huevá, una simple huevada encebollada! —riendo a carcajadas remató el Lucho.
Y con huevos encebollados o cebollas ahuevonadas acompañados con pan, cerveza y risas seguimos discutiendo el cuento, buscándole un final que causara risa o por lo menos sonrisas, también acordamos que un próximo cuento, considerando tanta cebolla, sería para hacer llorar.
Nota del autor.
Referente a lo dicho por el Lucho; en chileno puede ser dicho y escrito en distintas formas, dado que tenemos muchos subdialectos locales, dependiendo del lugar y la ocasión: huevada o huebada en siútico, webada en cibernético y güevada o simplemente güevá en el lenguaje de un buen chileno agüevonao como el Lucho.
Y agrego: huevos se consumen en todas parte, pero esto de los huevos y sus derivados muy bien lo entendemos los chilenos y precisamente no nos referimos a los de gallina, ahora en cuanto a los demás latinoamericanos y españoles, imagino que lo imaginan.
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