Nuestra familia parte 18

Los dos jóvenes se quedaron en la parte alta de las escaleras, mientras la mujer yacía en el piso del patio del taller.
-Emilio, está muerta – exclamó Nuria llorando.
-Tranquila.
Los dos jóvenes bajaron las escaleras y observaban que la mujer al parecer estaba muerta.
Un vecino bajó de la camioneta, la funeraria les dijo que tienen el tiempo limitado. El vecino fue a buscar a Nuria y Emilio, que estaba muy asustada.
-Señora Nuria, Emilio – gritó desde afuera del taller – ya nos tenemos que ir.
- ¡Ya voy! – gritó Emilio desde adentro.
Guardaron a la mujer en el fondo del taller.
- ¿Todo bien? – pregunta el vecino.
-Sí, es que estaba cerrando todas las puertas – responde Emilio tomando de la mano a Nuria.
-Vámonos, la estamos esperando.
Nuria estaba pálida, temblaba de miedo. Todo el camino fue recordando lo que había pasado con Fabiola. Emilio le pedía que estuviera tranquila.
Tres horas después, llegaron al panteón del pueblo. Era un panteón bastante descuidado, pero no tienen dinero para enterrarlo en otro lugar. Nuria pudo observar que el lugar estaba algo descuidado y abandonado. Emilio sentía culpa por no darle un descanso digno al que había sido su padre. De regreso, Nuria propuso que Clara se fuera a vivir con ellos y no regresara la casa en la que vivió con Domingo.
Al día siguiente, Emilio en la camioneta de Domingo fue al taller.
-Voy a ir al taller – dijo Emilio bajando las escaleras.
-No puedes ir solo -Nuria seguía preocupada.
-Quédate con ella.
-Déjame ayudarte.
- ¿Y mi mamá?
-Pues, le decimos a una vecina que venga a cuidarla – le recomienda Nuria.
-Le voy a hablar a Gaby, la dueña de la purificadora para que venga.
Gaby con mucho gusto ayudó a Emilio.
Nuria y Emilio fueron al taller. La mujer ya olía bastante mal.
La metieron en bolsas negras y en la cajuela terminó de romperse el cuello. Fueron al pueblo en el que enterraron al padre de Emilio y por la noche la enterraron en un hoyo que ellos mismos hicieron.
Por la madrugada regresaron a la casa.
-Perdón la hora – le dijo Emilio entrando a la casa.
- ¿Todo bien? – preguntó Gaby.
-Se ponchó una llanta. Pero ya todo bien. Gracias por todo lo que has hecho por mí y mi familia.
-Para eso estamos los amigos – le dice Gaby al darle unas palmadas en el hombro.
-Te llevo a tu casa.
-No te preocupes.
-Te llevo a tu casa – insistió Emilio.
Gaby se metió a la camioneta mientras Emilio hablaba con Nuria.
-Voy a regresar al taller. Tengo que limpiar.
- ¿Estás seguro?
-Cuídala.

Continuará…