Nunca imaginé lo que pasaba, cada paso que yo daba para acercarme era un movimiento que él daba hacia atrás y nunca lo vi, su miedo y mi pasión desbordada me enceguecieron, solo quería que se quedara en casa una noche más, juró que al día siguiente pensaba soltarlo para que se fuera tranquilamente; no era mi intención apretar tan fuerte, sabía que las drogas no lo dejarían moverse ni decir nada pero no quería arriesgarme. Cuando vi el rastro de sangre no sabía qué hacer ¿cómo podía sangrar tanto si era solo una pierna? no perforé el corazón aunque él rompiera el mio, solo quería que la atadura en su pierna no se soltara, no ví cuando se rompió y empezó a correr la sangre. Solo hasta la mañana siguiente pude darme cuenta de lo que había pasado, su cuerpo frío al que yo todavía abrazaba y la falta de movimiento en su pecho fue lo que me hizo percatarme de que algo no marchaba bien.
No fue mi culpa, yo solo quería un momento más junto a él ¿por qué tenía que hacer las cosas de la manera "razonable" e irse? ¿por qué no entendía que yo solo lo necesitaba un momento más antes de soltarlo definitivamente?
No pude desprenderme de él ni aún en ese estado, ¿cómo dejar su adorado cuerpo en así? hice lo que me pareció correcto, limpié cuidadosamente su piel e hice mi mejor trabajo en el taller de taxidermia, y lo dejé en la cama porque no podía esconderlo como si fuera cualquier animal, aunque se comportara como uno conmigo. Jamás me imaginé que la loca con quien pensaba marcharse me acusara.
Y ahora estoy aquí, más sola que nunca, viendo como pasan y pasan las horas mientras el policía me mira de lejos nadando entre la compasión y el terror, sé lo que piensa, lo puedo ver fácilmente en la expresión de su rostro, pero no es mi culpa.
Ya han pasado varios días y nadie me dice que pasa, mientras tanto yo sigo metida en esta jaula, esperándolo, en la noche profunda de su olvido, mientras las manecillas del reloj avanzaban lenta y dolorosamente marcando segundo a segundo su ausencia.
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