Cuando surgen las flores y entre las nubes el mundo se ilumina, cuando te remueve la belleza de un recuerdo, el momento, ese momento que olvidas por completo todo lo demás, dejas de ver, de escuchar, simplemente sientes...
Después del génesis, de las formación del paraje, olvidas, no quieres percibir que previo a la creación existe la muerte, la descomposición, todo lo que era será abono para el nuevo jardín que contemplarás,
La magia de la compresión estará en la aceptación que las flores serán distintas, la piel tendrá un tacto y olor diferente pero la memoria debe quedar inmutable,
solo la memoria nos hará inmortales, no existe nada más, aunque me hables de dios, del cielo o de lo que quieras creer libremente, nuestra cuestionable inmortalidad yace en el recuerdo de nuestros actos, ser consecuente cuando acabe esto, anda, corre, vuela ante el nuevo jardín sin olvidar a los que se quedaron, los que se quedaran atrás para que puedas nacer.
Rie, llora, grita mientras el albedrío ilumine la mañana, pero haz inmortal todo lo te haya hecho sentir diferente aunque hubiera sido un ínfimo instante.
Mientras enciendes un cigarro sabiendo que se consume, te consume...
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