Manías.

Querida familia, los he reunido a todos para contarles algo que he mantenido en secreto durante casi toda mi vida y sé que los ha afectado a todos sin que me diera cuenta.
Sólo hay una persona que sabe mi secreto y a ella más que a nadie ha afectado y es por eso que hoy tengo que revelarlo quizá porque salí muy mal parado de mi última experiencia y deseo con toda el alma remediar el daño que dicho secreto provoca.
Todo comenzó cuando aún era un muchacho muy joven, a mi madre le agrada escuchar música y solía poner discos, que ya pasaron de moda pero que por aquella época eran corrientes.
Había una canción que escuchaba muy seguido y que ella cantaba, que me gustaba, la letra decía algo así… Corrientes tres cuatro ocho, segundo piso…. Algo así… puse mucha atención a lo que decía la canción y tuve una idea, no me pregunten el motivo, pero algo muy dentro de mí me decía que debía encontrar ese lugar, el de la calle Corrientes, el problema era que yo me encontraba en Montevideo y la calle Corrientes pertenece a otro país, Argentina, vecino al mío, pero, aun así, muy lejos para mí.
Le comenté a mi madre lo que me pasaba y por ese entonces ella no pudo dejar de reír de mi ocurrencia, pero, me prometió que cuando juntara el dinero para el pasaje me lo daría con la condición de que fuera y volviera en el día.
Al poco tiempo mi madre me dio los pasajes ya que ella pensaba que era cosa de la juventud y que lo mejor sería que viajara, viera lo que quería, o mejor dicho comprobar que esa dirección era exacta y que volvería a casa y me olvidaría de todo.
Pero, al llegar a Buenos Aires y como le había prometido a mi madre que ese mismo día volvería, fui directamente en un taxi a la calle Corrientes, jamás había ido a ese país y al no conocer las calles le conté al chofer hacia dónde me dirigía y sin darme cuenta hasta el motivo por el cual lo hacía, pero el hombre al oír lo que le decía, comenzó a reírse de tal manera que no vio el auto que venía contramano y ocurrió el accidente que pudo costarnos la vida a los dos.
Me desperté en un sanatorio, estaba muy confundido pero una enfermera me puso al corriente de lo que había sucedido, el chofer estaba fuera de peligro, pero internado y tenía para varios días.
Mi madre estaba a mi lado, por suerte en mi celular estaba el teléfono de mi casa y la llamaron, inmediatamente voló a esa ciudad a buscarme.
Esa fue mi primera vez respecto a lo que ahora sé, es una manía, pero que por aquel entonces ni se me hubiera ocurrido llamarlo así, lo que sucedió esa vez fue que jamás supe si esa dirección existía o no, pero debo decirles que cuando volví ya no me importó y por mucho tiempo no volvió a pasarme algo parecido.
Lo malo es que luego de algún tiempo comencé a leer novelas de Agatha Christie y me obsesioné con el Personaje de Miss Marple, entonces como ya por ese entonces trabajaba y tenía mi propio negocio, pude viajar a Inglaterra, pero como suele ocurrirme lo hice sin pensar ni imaginar que el pueblo de Saint Mary Mead era ficticio, inventado por la autora y un día me encontré viajando en busca de un lugar existente sólo en mi imaginación, como se imaginarán al llegar y comentar en el hotel a qué se debía mi viaje, la risa fue total, otra vez me sentí muy herido pero tuve que aceptar que mi manía me estaba consumiendo y al fin decidí consultar a un médico, el cual me derivó a un especialista en problemas mentales, un psiquiatra!
Dicho médico me dijo que lo que yo tenía era una manía, que no era grave y que siguiera sus consejos al pie de la letra y allí me hizo un montón de recomendaciones las cuales traté de seguir y por supuesto, al principio todo salió muy bien, me enamoré, me casé y nacieron ustedes, nuestros hijos a los que quiero mucho y por lo que hoy los he reunido, tengo miedo de que alguno de ustedes haya heredado esta manía y no quiero que les ocurra lo mismo.
Pero como sabrán estaba muy lejos de haberme curado, cierto día viendo una serie de televisión que me gusta mucho, me volví a obsesionar con el personaje, esta serie se llama El comisario Montalbano y desde hace un tiempo llegó a su fin debido a la muerte de su creador.
Y fue así que tuve que viajar a Italia, a un pueblo donde en la serie se llama Vigata, pero que en realidad es Punta Secca, un pueblo pesquero a orillas del río. Y, dicho sea de paso, actualmente se ha convertido en un lugar hermoso y turístico y eso me hace pensar que no sólo yo llevo en mi cabeza esa manía.
Claro que en mi caso no es una manía sana ya que me ha costado mucho sufrimiento debido no sólo al gasto de esos viajes sino a la humillación de la que he sido protagonista todos estos años.
Este fue mi último viaje y por supuesto el peor de todos como ya lo saben todos ustedes, al llegar como siempre lo hago, tuve que comentar a la gente del hotel el motivo de mi visita a tan hermoso país, mediante un traductor pues mi idioma italiano es casi nulo, otra vez volvió a suceder lo mismo, la gente se reía aunque esta vez fue algo diferente, lo disimularon tan bien que creí que esta vez sí podría visitar la casa del Comisario Montalbano ya que estaba seguro, en mi manía que verdaderamente existía.
El conserje del hotel me indicó de muy buenas maneras el lugar exacto donde se encontraba la comisaría y también la casa donde vivía. Fue muy fácil, al poco rato llegué y me encontré con una comisaría igual a la de la serie y estaba seguro de que me encontraría con el comisario Montalbano en persona y aunque parezca mentira así fue y en ese momento mi imaginación me jugó nuevamente una mala pasada, un tiroteo sucedió y vi claramente caer al comisario acompañado de sus ayudantes, lo que sucedió luego todos lo saben, dos años internado en un hospital psiquiátrico, sin poder verlos a ustedes que fue lo peor de mi vida, pero ahora me encuentro nuevamente junto a mi familia, luego de todo eso me contaron que todo era ficticio, que la gente como yo era propicia a ir a conocer al personaje de la serie y los lugareños decidieron montar por así decirlo, con actores, un teatro que pareciera lo mejor posible a los verdaderos actores de la serie, lo demás ya lo saben, mi locura llegó a su punto máximo cuando quise matar al actor que interpretaba al asesino del comisario.
Hoy me encuentro bien, mi psiquiatra me ha dicho que estoy curado de mi manía, que en realidad no era debido a que quería conocer los hechos sino a que quería viajar, lástima que para poder hacerlo tuve que pasar por la locura.
Me he sacado un peso enorme, una mochila muy pesada que llevo desde hace años y que con la comprensión de todos dejaré de lado. Pido perdón por todo y quisiera que ya que estamos todos veamos una película, se trata del viaje a la Luna….
Debo decir que de pronto hubo un corte de luz y mi familia me llevó al patio sin permitir que intente conectar la luz, no entiendo el motivo, pero parece que intentan apartarme del televisor, no sé por qué….

Omenia 14/4/2022