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Nuestra familia parte 13

Julieta estaba como loca porque su “niña” como ella le decía ya no vivía con ellos.
- ¡No puede ser! Mi niña se fue de la casa – Julieta lloraba.
-Déjala, mamá. Que se vaya – le dijo Gonzalo.
Gonzalo convenció a su mamá de que no buscara a Nuria. Para Gonzalo era la oportunidad perfecta para quedarse con la recámara para él solo.
Tocó a la puerta y abrió Roberto.
- ¿Qué quieres aquí? ésta ya no es tu casa.
-Eres un desgraciado. Todos estos años lo único que has hecho es destruirnos la vida. Maltratas a mi mamá, la tratas como si fuera una basura – le dijo llena de lágrimas – te desprecio.
-Lárgate de esta casa.
-No sin antes….
Nuria forcejeó con su padre, quien le pagó en la cara.
- ¡Te odio!
Nuria entró a la que alguna vez fue su casa, rompió todo lo que vio a su paso.

Clara y Domingo le dicen a Emilio que pida a Nuria que se quede en su casa. Apenada, Nuria se instaló en la casa de su novio.

La navidad llegó. Había sido un terrible año.
-Faltan veinte minutos para que por fin este año se acabe – dice Emilio.
-Así es hijo – Clara pronuncia – yo quiero hacer un brindis. Primero, por mi viejo, que es el regalo más preciado que me dio la vida. Viejo adorable, te amo demasiado.
-Yo también viejita hermosa.
Nuria sentía envidia, inclusive hasta coraje de la forma en la que se hablan los padres de Emilio. En su casa era otra historia.
- ¿Quieres decir algo? – le invita Emilio.
- ¿Decir algo de qué? – dijo nerviosa.
-Lo que sea, nosotros siempre agradecemos.
-No sé qué decir – pronunció en voz baja – gracias por invitarme – dijo temerosa.
Domingo estaba serio, sabía que su salud se agravaba, pero no decía nada para no preocupar a su familia. Nuria prometió guardar el secreto.
Fue una navidad sencilla pero familiar, lo que nunca había vivido.
Por la noche, Nuria vio dormido a Emilio en el sillón de su cuarto, ella no podía dormir. Salió de la habitación, de dirigió al patio y comenzó a llorar.
Clara estaba despierta y la escuchó, le dio tiempo a la joven. A la mañana siguiente, Emilio acompañó a su tío a comprar un par de cosas para el taller así que tendrían la tarde sola para ellas.
-Ayer te escuché en el patio.
- ¿Como? – Nuria palideció.
-Tranquila, no sé qué te pase, pero tienes una carita muy triste.
-Es que fueron muchos años…
-Yo sé qué es lo que necesitas.
La mujer salió con una botella de tequila y dos caballitos.
- ¿Lista?
Entre Clara y Nuria creció una amistad muy fuerte. Fue más que su suegra, fue su amiga y confidente.
Aquella tarde estuvo genial, Nuria sacó todo lo que traía pudriéndose desde hacía muchos años. El tequila y la confianza que le dio Clara fueron suficientes para sacarlo todo.
Ya entrada la noche, los dos hombres llegaron a la casa y encontraron a esas dos mujeres en el sillón.
- ¡Ya llegamos! – grita Emilio.
- ¿Dónde están?
-No perdieron el tiempo – Emilio le señala las dos botellas de tequila a Domingo.
- ¿Pero…? ¿Qué pasó?
-Vamos a llevarlas a dormir.
-Sabes que hijo, llévalas tú, yo estoy terriblemente cansado.

Continuará…

Texto agregado el 09-04-2022, y leído por 50 visitantes. (0 votos)


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