MI MORAL ES FIRME

Soy un profesionista, licenciado en derecho, quería ser sacerdote, pero la mitra no me aceptó, debido a que mi papá europeo es calvinista y mi madre mexicana furibunda católica, casados por el civil, pero no por la iglesia. Sin embargo, el padre Coruco, mi confesor, me consoló: “hijo: los caminos de Dios son inexorables, a ti te tiene un destino establecido. Sigue la ley de nuestro Señor”.
Por fortuna, pertenezco al cuerpo de élite de la Guardia Nacional, incluso por influencias de mi padre me mandaron a Israel a cursos de inteligencia. ¡Ah bárbaros! Son verdaderos expertos en el arte de eliminar sujetos y conseguir secretos, todo esto aprendí. Mis jefes están contentos conmigo por mi lealtad y asertividad.

La administración actual tiene problemas con un senador por Veracruz que, aunque pertenece al partido del gobierno, por su homosexualidad es un peligro, primero antepone sus amores y hay fuga de información. Así que mandaron que lo eliminara sin que el partido se viera en entredicho.
Los celos de estos individuos los hace ser crueles. El motivo lógico era una cuestión de celos. Revisé sus rutinas: casado para “tapar el ojo al macho” e iba seguido a su estado por motivos de trabajo, pero, la realidad es a refocilarse con su amor, un joven funcionario del cabildo del puerto.

Al llegar al nido de amor, soy un excelente tirador, usé una pistola con silenciador, primero despaché al guardaespaldas, también homo, con las llaves de este entré a la casa y encontré a los tórtolos en completo “cuero de rana” y de dos balazos, uno a cada uno, los mandé al infierno. De incognito avisé a la prensa. Tomaron fotos y se armó el escándalo. La nota fue que el culpable era un amante celoso. Se desconoce su identidad y está prófugo.

No cabe duda, que aproveché al centavo las lecciones de mis instructores de Israel.
Una cosa es la religión y otra el trabajo. Así que me confieso y comulgo cuando menos una vez al mes.