Reflexiones, pensamientos y divagaciones al pasar
Brevedades — N° 7 —
Brevedades inconexas escritas en momentos de conversaciones con la vida, que muchas veces quedan inconclusas porque el tiempo no fue suficiente o la imaginación no dio para más, sobre todo en estos tiempos en que hay que pensar en cuidarse de los flagelos que a todos nos tienen preocupados.
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Vinoteca
A esta hora, día, mes y año del siglo XXI hago una retrospección en mi tiempo y llego a la conclusión de que: muchos episodios que como recuerdos ya rebasan mi memoria, incluso muchos los he desarrollado en cuentos, crónicas e historias escritas en borrador, algunas ya publicadas; hoy no estoy muy seguro si fueron realidades vividas o situaciones imaginadas, puesto que mi mente, la que yo en forma presuntuosa llamo prodigiosa, los atesora y guarda como si fuera una biblioteca, una cineteca e incluso una muy especial vinoteca.
De todas formas, reales o imaginadas creo que encierran algo de veracidad, algo de mentiras, algo de ilusión, un sinfín de deseos consumados y mucho de… de algo que hoy no sé cómo llamarlo dado que mi pensamiento se confunde entre los vapores etílicos que abundan por los caminos floridos y valles encantados que se asoman en cada rincón de mi escondite preferido, en el que guardo las botellas de vino, ron, martini, campari y muchas más aquí en mi bodeguita.
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Reflexiones encadenadas
Problema —El gran problema de todos los que componemos la especie humana con todas sus razas, sus idiomas, sus costumbres, sus credos, sus ideologías políticas y también sus intereses es que artificialmente queremos ser lo que en realidad no somos y en último caso aparentar que somos distintos a todos nuestros hermanos del reino animal. Hacemos esfuerzos forzando nuestro entendimiento y acomodando los conocimientos adquiridos, a nuestro antojo, amaño y por supuesto a nuestros propios intereses particulares, incluso descartando cualquier amenaza.
Amenaza —Hoy que estamos amenazados por un enemigo que ni siquiera es una simple bacteria, puesto que no tiene vida orgánica, tan sólo es algo así como un microscópico grano de arena que se vale del aire que respiramos para hacer nido y profitar de nuestros pulmones, el que de repente aparece en China y se distribuye rápidamente por el mundo con la ayuda de millares de aviones.
Aviones —Esos pájaros metálicos que Ícaro nunca imaginó y que hoy acortan distancia y tiempos, se esparcen como mangas de langostas por todos los confines de este extenso mundo.
¿Extenso? — Fue extenso hasta que llegaron estos aviones que cada día en colusión con las comunicaciones instantáneas y las famosas redes sociales, poco a poco lo van comprimiendo y a nosotros oprimiendo en un mundo cada día más pequeño
Redes sociales —¿Serán estas redes las que en algún momento y con la ayuda de sus aliados, los aviones, nos conduzcan al aeropuerto final?
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Patria
Siempre he sostenido, y lo seguiré haciendo, que Patria es un sentimiento único y particular de cada uno, por ende, sus límites los marca el pensamiento. Otra cosa son los Pueblos, las Naciones, los Países y los Estados, limitados unos por ideas y otros por fronteras. Vivo en un País y pertenezco a la inmensa Nación de los mestizos. esos que sin querer ni pretender se camuflan en la multitud donde nadie los ve y los políticos los consideran sólo números que utilizan para su conveniencia. Pero si puedo asegurar que tengo una gran Patria que ocupa el mismo espacio que yo, es extensa, es hermosa y es mía.
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María Luz….. — Díaz Velazco 2234
Una dirección y el nombre de una persona, que mi hermano de diez años y yo teníamos grabados en la mente y también en un cuaderno, ese día no la recordamos, fueron otros los quehaceres que nos completaron el tiempo por un par de semanas.
Fue después de esas semanas cuando alguien nos preguntó si teníamos algún familiar cercano, dijimos que no y que estábamos solos en aquel lejano lugar, seguimos contestando otras preguntas hasta que mi hermano, casi gritando, me miró fijamente y nervioso con señas y palabras me dijo: ¡Hermano, el cuaderno?
Inmediatamente recordé aquellos datos y fue él, mi hermano chico, el primero en viajar a esa dirección en Santiago de Chile donde ansiosa lo esperaba la tía Luz, hermana menor preferida de mi padre, el que había fallecido dos semanas atrás.
Nuestra madre también había fallecido ocho años antes. Yo ya era graaaande, tenía trece, y podía esperar, además junto a las personas bondadosas que nos dieron protección y cariño ya tenía otros planes…
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