Hola.
Mi vida amorosa es un desmadre, en contraste, soy un buen mecánico automotriz, soy bueno para los “fierros” por eso estudiè en una escuela técnico-automotriz en el norte de la república, pues soy norteño, además, porque era barata y pocos años, pues mi padre no tenía suficiente lana por ser un burócrata de medio pelo.
En mi primer trabajo, en un taller pequeño aprendí un resto, aunque la paga era escasa. Una chica preciosa (me acuerdo bien), que llevó su carro a componer empezó a coquetear conmigo, me sorprendí, pues mi físico no despierta “pasiones tormentosas”. Sin embargo, me volé, pero, in mastodonte de “pelao” me quitó lo volado, resulta que la dama se fijó en mí para darle celos al sujeto. Le dio resultado, tantito más y el novio me rompe toda la madre, lo bueno, es que al ver la cara de pendejo que puse, comprendió el juego de la muchacha y sólo me dijo “aguas güey, no andes de payaso”.

En mi segundo trabajo, en una automotriz grande, no digo el nombre para no hacer un comercial, la dueña es una ejecutiva que ya se le estaba “pasando el tren” por lo que me aceptó como esposo. Pensé, tonto de mí, que, aunque ella no era muy bonita y algo pasada de años, yo saldría de pobre. Como así fue. Todo tiene su precio, tuvimos una nena que de pequeña era mi adoración. La mamá resultó una verdadera gorgona, de mal carácter, mandona (al fin la jefa), una verdadera hija de la ch…
Mi hija al llegar la adolescencia se volvió igual que su madre, entre las dos hicieron de mi vida un infierno y me traían hecho un verdadero pendejo.

Ahora, todo ha pasado, hui del norte de Mèxico, me cambié de nombre y trabajo en un taller de medio pelo en Valladolid Yucatán, en el sur, a mucha distancia. Espero volver a ver a la fiera de mi mujer y a su retoño después de mucho tiempo como inquilinos del averno con el buen Lucifer.
Mi consejo sincero para los chavos es: “más vale estar jodido que casarse con mujer rica”.