LA VIDA MISMA (Continuación)

Al cabo de tres días apareció el doc.
Hola, ¿Cómo te has sentido?- dijo- te examinaré para ver como va la cicatriz, veamos levántate la camisa.
- Está bastante bien, creo que en un par de días podrás irte a casa.

Me lo decía todo con una alegría y optimismo envidiable, como si fuera la mejor noticia que podía darme.

- Que bien doctor, porque ya llevo mucho tiempo en el hospital, pero quiero saber lo demás – le espeté.
Quería escuchar finalmente el veredicto, estaba preparado para la cuenta regresiva me había preparado sicológicamente para lo peor, estaba dispuesto a oír un “ Te quedan solo unos meses de vida”.
Al mismo tiempo con esa estrategia intentaba convencerme de que cualquiera fuera el resultado, sería mejor que lo imaginado, en el fondo de mí estaba aterrado, impotente frente a la muerte.

- Doctor – le dije…Quiero saber la verdad ¿Cuan grave es? ¿Cuánto tiempo me queda?.

- Veamos – esa muletilla la usaba en todo momento.
- A la primera pregunta, Si, es grave, tienes cáncer
La palabra CANCER me quedó retumbando en el cerebro
- Lamentablemente este tipo de enfermedad no presenta síntomas sino, hasta cuando ya está avanzado, en tu caso te extirpamos el vaso pero tienes comprometido también el hígado y avanza hacia los pulmones.

Mientras escuchaba la exhibición de pruebas, un nudo se alojó en mi pecho, una especie de angustia y temor, una soledad infinita se iba apoderando de todo mí ser, una sensación de derrota, de desamparo, un tocar fondo para ver la manera de comenzar a salir. Finalmente el peor escenario previsto no estuvo a la altura de la realidad.

-¿Cuáles son las alternativas doctor?

- Veamos – seré franco contigo, tal como me lo has pedido – me dijo.
No son muchas las alternativas, a lo sumo dos. Con quimio terapia o sin quimio, la una significa tal vez ocho o nueve meses de vida
- Y con quimio, ¿Cuánto tiempo?- pregunté
- Un año y medio con suerte un poco más – repuso el doc.

Me había convertido en una especie de alimento perecible, con fecha de vencimiento.


¿Vale la pena el tratamiento doctor? He oído que cada sesión deja muy mal, si me va a hacer vivir un par de meses más, pero con una calidad de vida miserable, prefiero quedarme así.

-Veamos – Lo de la quimio tenemos que evaluarlo en un mes, te haremos un scanner y con ese resultado determinaremos cuantas sesiones debemos hacer.
En cuanto a los efectos secundarios, no todos los pacientes reaccionan igual, la decisión final será tuya, en mi opinión siempre será mejor hacerse un tratamiento que no hacer nada, la quimio te puede ayudar en la última etapa de tu enfermedad, puede hacerla más soportable y menos dolorosa –


Me parecía increíble estar hablando de mi propia muerte así, de manera tan natural como quien habla con un sastre de los detalles finales del traje……Solo que mi traje será de madera……


Octubre 26 del 2008.

Han pasado siete meses desde que se desencadenó todo, aunque en realidad el doc dijo que mi cáncer se inició hace unos diez años y avanzó en silencio, mariconamente sin hacer ruido.
Ya me hicieron las tres quimio previstas, en la primera quedé para el hoyo, al segundo día comenzaron los vómitos y la indigestión que se mantuvieron por una semana aproximadamente, perdí casi diez kilos de un viaje, mi rostro se volvió amarillo y mis pómulos se realzaron mientras unas incipientes ojeras azulosas adornaron mis ojos.

Un malestar general me impedía tenerme en pie, comiendo poco y vomitando mucho, hasta ir poco a poco recobrando las energías, al cabo de quince días ya pude comer casi de forma normal, lo suficiente para ganar un color algo más saludable en mi rostro y recuperar unos gramos de los kilos perdidos.

Recuerdo que la segunda quimio, fue algo más llevadera el malestar duró solo un par de días con vómitos pero sin indigestión, lo nuevo fue el sueño, solo quería dormir, todo el día..Dormir…dormir…

Diciembre 30 de 2008.

Estamos a las puertas de un nuevo año, ya paso una semana desde que me hicieron la última quimioterapia y no he tenido síntomas adversos, el fin de semana nos juntamos entre hermanos y primos y sobrinos, comimos asado, consomé de ave, vino tinto y todo estuvo muy entretenido me he sentido con más fuerzas y mejor animo.

- No tomes tanto hombre, que te va hacer mal – me dijo mi mujer en un momento.
- ¡Que tanto mujer¡ de algo hay que morirse – le respondí
Y la palabra morirse quedó flotando en el aire, un silencio que pareció eterno, hasta que estallé en una sonora carcajada que distendió el ambiente.
- Que hable tanta tontera este hombre – repitió mi mujer.

Enero 09 de 2009.

Los días del nuevo año van pasando lentos, debería decir en vez de nuevo año, mi último año, si al fin de cuentas las cosas son como son, nunca he creído en milagros, dios no es más que una mala idea, puedo prescindir de él.
El asunto es que llevo dos caras, no quiero dar pena ni lastima a mis familiares cercanos, no me gusta hablar de mi cáncer, si, mi cáncer porque es mío, de nadie más por lo tanto soy el único que debe preocuparse.
Me gustan las visitas y conversamos de muchas cosas triviales, amenas hacemos bromas y todos jugamos a que nada malo ocurre, pero en el fondo la idea de la muerte ronda en el aire. Yo me muestro fuerte, hago chistes y le restó importancia a los malestares, de esta manera ayudo a todos a soportar mejor estos momentos.