LA VIDA MISMA?

Hace tres meses que ocurrió, recuerdo que era media noche cuando desperté con un fuerte dolor de estomago, corrí al baño para llegar justo a tiempo antes de ser sorprendido con la explosión de mis intestinos. El alivio momentáneo sentado en el wc se transformó en pánico al comprobar que no era una simple indigestión, el excusado manchado de rojo me produjo un miedo súbito, como si mis entrañas hubieran caído dentro de él y junto con ellas….la sentencia.
No recuerdo más de aquella noche, desperté en la cama del policlínico cinco horas más tarde, mi mujer me contó luego que entre ella y un vecino me subieron a un taxi para trasladarme de urgencia al policlínico, exámenes, radiografías, ecotomografía y posterior traslado al hospital para un diagnostico más certero.
El susto de la primera impresión había pasado, el médico dijo
- Has tenido una hemorragia interna, posiblemente una ulcera mal cuidada –
- Doctor, yo nunca he sufrido del estómago, siempre he sido muy sano – le repliqué
- Bueno, eso hasta ahora – contestó.
Luego se largó a hablar de todo lo que me harían, primero que nada, te dejaremos hospitalizado para hacer todos los exámenes necesarios hasta encontrar la causa de la hemorragia y con toda seguridad tendremos que operarte así que ármate de paciencia porque como mínimo estarás acá un par de semanas y no te irás a casa sino cuando tengamos seguridad total del tratamiento a seguir.
Algo no me cuadraba de todas la explicaciones ¿Por qué tener que estar hospitalizado tantos días? Si era solo una ulcera debería ser todo más rápido, pero en fin, los médicos saben las cosas mejor que uno, así que me dispuse a descansar unas semanas leyendo y pensando en escribir algunas cosas.

Pasaron cinco o seis días de exámenes más exámenes, suero y medicamentos, a diario mi mujer me visitaba también mis hermanos y por supuesto mis hijos.
Llegó el día de ingresar a la sala de cirugías, una operación que duró tres horas. Lo de la anestesia es curioso, en un momento uno está conversando con el médico y la enfermera y luego la nada, la muerte en vida un sueño sin sueños hasta despertar en otra sala horas más tarde sedado y con dolores y sin saber que ocurrió.
La sala de recuperación es grande, las paredes están pintadas de un color café con leche y cielo blanco, no se quien habrá sido el decorador pero seguro nunca estuvo hospitalizado me parece, los muros son deprimente el color me angustia y creo que no contribuye a la recuperación de los pacientes, no alegran el espíritu sino, que lo adormecen. Hay otras cinco personas en la sala de recuperación, dos operados de la vesícula otro que le insertaron un fierro en la pierna, al que está justo al lado de mi cama lo asaltaron y tiene cuatro puñaladas pero está bien y al del rincón le amputaron un pie.

Nos acompañamos entre todos y nos damos ánimo en las interminables tardes del estío. Yo espero salir pronto de acá, lo más probable que lo mío fue una ulcera que se reventó produciéndome la hemorragia, aun no viene el doctor pero las enfermeras son muy atentas y nos tratan bien.
…. Vino al médico para explicarme lo que me hicieron en la operación.
- Mira….tuvimos que extraerte el bazo porque tenías un pequeño tumor en él – me dijo.
- Pucha´s que la embarró doctor, ahora voy a tener que tomar en pura botella, ja ja ja – le repliqué.
- veo que tienes buen sentido del humor- eso es muy bueno, en realidad es la mitad del tratamiento para tu recuperación – dijo el médico – te felicito porque en esta enfermedad lo mejor es vivir la vida con optimismo.
…Decirlo desde el otro lado de la vereda, es fácil “mirar la vida con optimismo” ¡Que ironía ¡ cuando recién me había dicho que tenía un tumor, luego se largó a explicarme lo que venía.
Aún no sabemos si el tumor es benigno o canceroso, primero es necesario tener los resultados de la biopsia junto a otros exámenes que te realizaremos, por ahora sacamos el vaso porque estaba comprometido.
- ¿que tan comprometido doctor? ¿Cuánto? – mire, mejor dígame la verdad, prefiero saberlo ya.
- mmm No puedo asegurar nada hasta no tener los resultados de los exámenes, espera unos días. –

La espera siempre es tediosa más aún con la incertidumbre donde está en juego la propia vida, al verano dio paso al otoño pero las altas temperaturas siguieron igual, la ventana de la sala en el quinto piso da a una plazoleta interior del hospital, una fuente enorme en el centro donde confluyen cuatro caminos de maicillo, sería una hermosa vista si tan solo alguien se hubiera dignado en mantener la plaza, el poco pasto existente está reseco y de un color amarillo opaco, grandes espacios con solo tierra, papeles y desperdicios, la fuente victima del abandono luce un espejo de agua fétida estancada desde hace meses, con piedras, latas de bebidas y restos de bolsas plásticas, el sol cayendo oblicuo sobre los tejados dan un espectáculo deprimente a quienes nos asomamos a la ventana para contemplar el paisaje.