Todo el tiempo estuve en un laberinto gigante,
Creí que por fin vería un paisaje diferente,
Que podría respirar en un espacio menos angosto
Y que toda la caminata valdría la pena.

Imaginé un final más lumínico,
Que las sombras serían menos densas,
El recorrido menos cansado
Y mis lágrimas con menor frecuencia.

Abro y cierro los ojos en cámara lenta
Esperando que solo sea mi imaginación,
Que el laberinto es solo una jugarreta del cansancio
Y que al final todo habría valido la pena.

Pero, no es así, sigo cansada y perdida,
Tal vez sea el momento de hacer trampa
Y salir del laberinto traspasando los arbustos.
Nadie se dará cuenta.

Nunca he sido buena competidora,
Tampoco he sobresalido en algún tema,
Pero terminar el laberinto me dará paz,
Así que si hago trampa nadie se dará cuenta.