UN BUEN HOMBRE

Epitafio:

Aquí yace
Un buen hombre
Por eso
Se lo cargó la chingada

Su madre le puso Acacio (significa sin maldad), el padre con buen criterio para no tener problemas con “la vieja” aguantó vara.
De niño, le decían “cuatro ojos” por usar desde pequeño, anteojos, era muy aplicado en la escuela, puros dieces. Las niñas lo perseguían, pero para que les prestara sus apuntes. Él lo hacía y después ni lo pelaban.
De joven, era puro y se reservaba virgen para le matrimonio. Creía en lo que le decían los curas, confesaba pecados (sólo de pensamiento) y comulgaba.
Terminó con mención honorífica su carrera. Consiguió un trabajo bien pagado por su preparación. Sus jefes abusaban de él.
Se casó con una muchacha sabidora, tuvieron dos hijas. Era complaciente.
De mediana edad, su mujer después de múltiples cuernos que le puso lo dejó por aburrido. Sus hijas, una se dedicó a ganar (las malas lenguas dicen que de puta), la otra se fue a vivir con su mamá, esta le sacó a su exmarido una verdadera fortuna.
De muerto, lo condenaron a los infiernos.

Los doctores de la iglesia discuten el porqué está en el infierno. Ellos por brujos lo saben:
—Es una equivocación del Señor —dijo uno,
—No lo creo —dijo uno de mediana edad.
—Fue por pendejo —el más joven acertó.