Nuestra familia parte 1
Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.
Nuria pensaba que el matrimonio era una porquería y que era mejor estar sola. Estaba harta de los maltratos de su padre hacia su mamá. De alguna forma, normalizaron la violencia que se ejercía en casa.
Los gritos, ofensas y maltrato eran normales en casa, nadie decía nada, pero por dentro, Nuria quería explotar, pensaba que no era justo que los problemas de pareja afectaran a los hijos. Desde que tiene uso de razón, sus padres han discutido enfrente de ella y de su hermano Gonzalo.
Crecer con una familia así de fea no es fácil, pero es la que le tocó.
Le ofrecieron trabajo en la universidad en la que estudio, no tuvo la necesidad de buscar empleo en otro lado.
La abuela Crisanta vivía con ellos, pero en el departamento de arriba. No molestaba ni decía nada, era una mujer independiente. A Roberto, el papá de Nuria no le gustaba convivir con su suegra, y a ella no le gustaba estar con ellos porque el departamento en el que vivían siempre lucia desordenado y sucio, olía a cigarro, la cocina estaba llena de cochambre y eso le molestaba a la abuela porque ella es extremadamente limpia, en obsesión, limpia y ordenada.
En casa de Nuria escasean las muestras de cariño, no hay comunicación y a veces es mejor quedarse con las cosas. Se sentía sola, aunque pensaba que el matrimonio era una porquería, quería formar su propia familia sin tener que convertirse en sus padres. No tenía ningún tipo de comunicación con su hermano eran como dos desconocidos, dormían en la misma recamara, ninguno de los dos tenía su privacidad que con el paso de los años era indispensable.
Para Nuria era frustrante no poder tener sus cosas en orden, tener un buró en el que pudiera acomodar sus perfumes, maquillaje, tener su ropa colgada en el ropero, o tener sus zapatos acomodados por colores, pero las cosas eran otras.
Su perfumes y maquillaje los tenía en un cajón lleno de otras cosas, su ropa estaba en bolsas en su ropero, sus sacos estaban arrugados al igual que los pantalones. Sus zapatos estaban arrumbados en un rincón y su cama inundada de una plaga de chinches de cama.
Era un panorama desolador y sin ningún futuro, dentro de su desesperación y poca fe por vivir la vida la obligaba a buscar mejoras en su vida.
Sus padres y la situación en casa no la motivaban del todo, pero tuvo que hacerlo, le sorprendía que su madre haya aguantado tantas cosas junto a su padre, se preguntaba cómo Julieta fue capaz de tomar las decisiones de su vida sin tener que consultar primero a su padre.
Aunque todo parecía correr encontrar suya, las cosas no siempre son tan malas.
Continuará…
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