debajo de una pieza de madera llena de platos antiguos y bien cuidados... luces en una casa llena de gentes, y una era mi hermosa madre... subir las escaleras de madera antigua, casi llenas de grasa o suciedad acumulada... un baño oscuro, para todas las familias de ese lugar lleno de familias viviendo en diminitas casitas o quizas fueran cuartos muy antiguos con una luz tan pequeña... camas por uno de los tres cuartos, y un comedor con una mesa de metal, cubierta por un mantel de plastico de colores... comida de pobres... un perro que quizás jamás dejaría de vivir en este lugar de tres piezas... y así fue... recuerdo verla salir a la calle temblando ante lo desconocido y orinarse en cada cuadra... y una señora buena con olor a jabón cocinando, lavando, hablando... mientras observaba una parde de madera que nos impedia ver al otro lado... pero con suerte si podía ver... mas casas humides con gentes mas humildes aún... y en esta soledad de lunes a sabado, los domingos era una fiesta al ver pasar a gente elegante rumbo al coso de toros... artistas, diplomáticos, mujeres y hombres rumbo a este lugar al cual jamás entré... y todo esto en un lapso de un año en que mi madre se fue y me dejó en casa de una familia buena, pero, que no era la mía...