Parece mentira que me encuentre en estos momentos a tu lado viéndote comer un plato de chancho con arroz amarillo. Parece que lo disfrutas, vas cantando una canción que no es de mi gusto, pero a pesar de todo te ves tan bella. Me encanta esta escena: bailas y cantas mientras desgarras con tenedor y diente la desafortunada presa de cerdo. Te sienta bien la música, la comida y la luz que entra por la habitación.
“Yo te esperaré…” es una canción que detesto, pero en estos precisos momentos suena bien, claro, si sale de tus labios.
Te divierte comer y cantar a la vez, me pregunto si en tu casa también haces lo mismo. Y te imagino cantando y tu hermano cambiando la canción o cogiendo tu móvil para ver algún video de YouTube. No creo que tu madre te deje profanar la comida con tal música. O me equivoco… ¿…?
Un detalle: Cuando estas por acabar te ayudas de los dedos para acomodar la comida en el tenedor, como si no existiera cuchillo, de todas maneras se te ve linda haciendo eso, más que nada porque también hago lo mismo.