Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor...

Su Excelencia, don Mario Benedetti, quien no dudo que está sentado a la derecha del dios padre


El niño, la miraba en la distancia sintiendo que algo dentro de él se recogía formando un vacío en el estómago
Sentía mareos
Agonías
Angustias
Que sensación tan extraña
Desconocida
Se acerca despacio
Temeroso
la saluda
Hola
Hola, responde ella
Incapaz de pensar, no supo qué más decir
Los sentidos embotados, sintiendo como su cara enrojeció de vergüenza
Quería escapar, ¡maldiciendo su torpeza!
Pero quería quedarse para estar cerca de ella
Desde sus vísceras, desde lo más profundo de sí mismo, sentía el impulso de abrazarla, Pero no se atrevía
Le costaba controlarse la agonía de este conflicto interno
Aparentar normalidad mientras en su interior se desataba una verdadera tormenta, el arrebato se apoderaba de sus brazos por abrazarla
Pero, no se atrevía
Sonó el timbre
De regreso a la sala de clases
Ella se incorporó y se fue
Dejándolo solo
Inmovil
desorientado
Sin saber qué diablos hacer
Al final
se puso de pie con desgano
Y sintiéndose mal consigo mismo
entró en su sala de clases