Reflexión :
A medida que pasa el tiempo, la gente va cambiando su manera de pensar.
Esto es muy lógico, no pensamos lo mismo a los veinte que a los cuarenta ni a los sesenta, las perspectivas de vida son diferentes.
Por ejemplo:
En la juventud solemos pensar que todo nos pertenece, nuestros padres, la casa donde vivimos, nuestros amigos que queremos que sean sólo nuestros, nuestra pareja, nuestros hijos.
Pero al llegar a la edad adulta y ver cómo vamos perdiendo todo eso que creíamos nuestro, nos damos cuenta de que todo en la vida es prestado, ni los padres, ni nuestra casa, ni los amigos, nuestra pareja y… ni los hijos, todo va desapareciendo de nuestra vida de a poco, los padres mueren, la casa puede seguir siendo nuestra pero al irnos nosotros, también deja de pertenecernos, los amigos en algún punto de la vida también desaparecen, la pareja a veces se pierde también y los hijos, ellos también se alejan, formando, como es natural, otra familia, en la que muchas veces no hay cabida para nosotros y tenemos que conformarnos con la soledad, dolorosa soledad a la que tenemos que acostumbrarnos sí o sí.
Por eso mi reflexión es que debemos ocuparnos un poco más de nosotros mismos, querernos más, dejar a un lado esos sentimientos de posesión que no nos lleva a ningún lado y tratar de vivir nuestra vida sin interferir con la de nadie, tratar de llegar a la vejez sin tener que depender de quienes estén a nuestro lado, o lejos pero que a su vez van a tener en definitiva que lidiar con lo mismo que nosotros, la soledad y por último, la muerte.
Deberíamos disfrutar de la vida, cada momento, si es bueno, mejor y si es malo no olvidarlo del todo, eso nos ayuda a crecer, a ser mejores.
Pero… escribirlo es muy fácil, llevarlo a la práctica… ese es el gran problema.
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