EL TIEMPO
“EL TIEMPO NO DA UN PASO ATRÀS, JAMÀS”
Tengo un amigo, sacerdote jesuita, que siempre emplea términos filosóficos, aunque los entiendo no me dicen nada; “el ser”, “sólo lo verdadero es real, lo real es verdadero” y cosas así. Él me dijo que es bueno hacer una revisión sobre nuestra vida y es lo que me propongo hacer.
No iba bien en la primaria y menos en la doctrina, Oí cuando me madrina le dijo a mi mamá: “no se preocupe comadrita ya que crezca se le quitara lo tontito”. Parece que no.
De joven y más de adulto maduro, parecería que tenía un imán para las tonterías, será porque soy católico, apostólico y romano, de buena fe. Muchos se aprovechan de mí: me han engañado y tranzado de a montón.
En la cantina (me acuerdo) departíamos un grupo de amigos, uno preguntó: “quién va a pagar”, el más bromista dijo: “pues el más pendejo”. Ya se imaginarán que el que pago fui yo.
Mi esposa, muy lista y asertiva, me preguntó, aunque me falta mucho para jubilarme, “¿Cuánto será tu pensión? Se lo dije y agregó: “es una baba” y me abandonó. Por cierto, puso un negocio y le va de maravilla, por lo que mis dos hijas dejaron solo a papito y se fueron con ella.
En mi religión me enseñaron a no tener rencores y perdonar a nuestros deudores, los que me han engañada (bola de cabrones). Soy de misa los domingos. Sin embargo, ya octogenario, por primera vez en mi vida, creo haber visto la verdad (espero que se me haya quitado lo pendejo ¿difícil?): para obtener ganancias (el dinero es el dinero) desde hace siglos los clérigos han engañado a los creyentes, entre ellos yo, al decirnos que, si nos portamos bien dentro de la iglesia, cooperando para su mantenimiento, nos iremos a la gloria. Un engaño de mucho tiempo atrás y bien elaborado.
Estoy enfermo, ya siento pasos en mi cabeza, la dama de negro me hace guiños. Cuando la acompañe, mi cuerpo: “polvo eres y en polvo te convertirás” y mi espíritu en la nada.
Espero estar equivocado, aunque, no lo creo.
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