Otro texto ya bastante antiguo.
Mi acercamiento a la obra de Jaime Sabines es recurrente. Me gusta acercarme a sus poemas, leerlos, aprenderme alguno de memoria y dejarlos reposar un tiempo sin que digan pío, o esta boca es mía. Luego aparecen de nuevo, deslumbrando mis sentidos, despertando un sentimiento inefable en mi espíritu, que me obliga a buscarlos de nuevo. Y cada vez que lo hago, también sus poemas parecen nuevos. Sabines habla de todo lo que le tocó vivir y conocer; pero lo hace con tanta sencillez, pulcritud y sapiencia, que se queda uno embelesado con sus palabras. Sus poemas en prosa, sin apenas notarlo, se van metiendo por los oídos, por la boca, por la piel; y se mezclan con la risa, con la añoranza, con el amor, con las cosas cotidianas. Y entonces lo envidio y me doy cuenta de que quisiera escribir como lo hacía él.
Jaime Sabines, era originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Además de escritor, también fue político. Muchas gracias tenía este gran poeta. La mejor: su poesía.
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.. Pero a las dos de la tarde., o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo me vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo amor mío?
Jaime Sabines
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