La realidad que me pintaron personas bondadosas y generosas, que querían lo mejor para mí, fué, en su totalidad, un paraíso terrenal.
Hijos de familias más precarias y, por consiguiente con una realidad y visión más vulnerable, del rigor, me enseñaron la maldad, lo tóxico, bizarro y el dolor, que arrastré desde aquel entonces.
Con el tiempo, al verme derrotado por dicha mala tendencia, todo se comenzó a pervertir.
Ahora, luzco con esa obscuridad al hombro y con una esperanza débil, de un cambio significativo.
El remate, no creo que final ya que, si Dios así lo permite, me quedan muchos años de vida, fué, sin duda, el más cruel de todos.
El paraíso que está a un centímetro de distancia es destruído milenariamente por mentes enfermas, corrompidas, violentas, maliciosas y traumadas por su miserable vida, sin poder cambiar ,ya que no les fué permitido.
Seres inocentes vislumbran dicho espectáculo, defendiéndose y luchando por su dolor, sin entender y a la vez dándose cuenta de todo, al vivir su cotidianeidad, en la maldad.
Todo lo que brilla, la felicidad y las muestras de un progreso bondadoso que se siembrs en la mente y corazoncito noble, ávido de amor, de nuestros pequeños seres amados, será víctima de burla, destrucción y arrebato de todo vínculo sagrado. Sin duda, lo descrito anteriormente es uno de los hechos que más me ha hecho sufrir y seguiará haciéndolo en mi vida. Que a grandes rasgos es maravillosa, pero eso la empaña casi por completo. Qué terrible condena!!. Todos me dicen, tranquilo nomás, pero de verdad no puedo, ha sido y es demasiado, y por qué habría de cambiar? Quizás va a ser peor. Pero bueno, la consciencia me dice: Va a ser tu triste realidad. Hay cosas peores. Qué bah!.
Luchas incesantes entre ángeles y demonios, serán parte activa de la eternidad. Esperemos que triunfen las criaturas celestiales. Amén mi Dios. |