estoy leyendo por tercera vez La Sala Número 6 de Chejov... poco antes de leerlo me di cuenta que me encanta leer libros acerca de los artistas... uno de ellos que me marco fue La Luna y Seis Peniques de Somerset Maugham, trata la vida de Paul Gaugin, pintor francés... en un párrafo se lee que lo más interesante de un artista no es su obra sino, su vida... concuerdo con el escritor... genios solitarios y de gustos extraños, buscando lo que del fondo de su locura les guía... brillan tanto que arden todo cuanto esté a su lado... buscando la perfección que se sabe no existe en este planeta... más su esfuerzo los hace brillar para el hacedor... la misma vida de Chejov es increíble... murió a los 44 años... de lo mismo de siempre... una tuberculosis... producto de quien sabe qué... dejando más que sus hermosas obras, su más que interesante vida... sus pasos por este planeta se llena de bondades y crueldades dignos de un hombre que ama y destruye todo cuanto pisa...
quizás por ello mi vida de la cual soy amante del arte de vivir, es solitaria y llena de un fuego que arde en mi alma... como un volcán en la espera de su erupción... no sé si es escribiendo o pintando, no lo sé... pero siento que más que ello es viviendo en este mundo tan increíble... donde hay días en que todo está hermoso, para luego todo es terriblemente oscuro y sangriento, pero hermoso como una obra de Goya...
me espera una tarde más, una noche más... donde una pieza de cuatro paredes junto a una cama, escritorio, libros, pinturas y un piano esperan por encenderles y darles una vez más, vida...