De pie, descalzo sobre un suelo de piedras y arena, la mirada perdida y la frente enrojecida por una luz solar que rompe con su claridad la sombra que desprende su pensamiento.
¿Que mira?
Mira más allá de lo que se puede ver, contempla un punto que nunca es el mismo, en el mismo lugar, pero no es el mismo, se escucha un sonido regular, incesante, fluido, hipnótico.
¿Que fluye?
El agua, solo fluye el agua mientras corre con una fuerza que erosiona todo a su paso, lentamente, sin compasión, moldeando de nuevo el mundo, inconscientemente, mezclándose con su entorno y convirtiéndose en algo más de lo que era.
De pie, descalzo sobre un suelo de piedras y arena, mira hacia delante notando como la inercia le va esculpiendo poco a poco en esa estatua orgánica incapaz de moverse, incapaz de esforzarse por sentir lo que más teme...
preguntarse, solo preguntarse. |