No se murió el amor parte 13
Hugo, el abogado de la empresa le tenía los papeles listos a Nacho. Gerardo es inocente.
- ¿Cómo va la investigación?
-La investigación está aquí. Personas que trabajaban con Gerardo cambiaron el expediente, según los videos, alguien estaba en el lugar en un descuido cambiaron los papeles. Gerardo no se dio cuenta, salió de la empresa con esos papeles, es inocente.
- ¿Y esas personas?
-Ya no trabajan aquí. Dicen que demandarán. Dicen ser inocentes. Los videos dicen lo contrario.
- ¿Y Gerardo?
-Hablé con él. Ya tiene trabajo. ¿quieres que hable con él?
-No. Yo hablo con él – responde Nacho.
Esa misma semana, Gerardo se presentó en la casa de Nacho y Alan. Gerardo había cambiado mucho, unos músculos en sus brazos, piernas y espalda se estaban marcando, el abdomen era plano. El joven era guapo, atractivo y eso encelaba a Alan. Nacho lo invitó para convencerlo de regresar a la empresa. Se sentaron a comer y Alan observaba a Gerardo y era más que obvio.
-Yo te quiero proponer que regreses a la empresa – pronunció Nacho.
-De verdad gracias, pero ya tengo trabajo.
-Lo sé, pero creo que debes regresar – le insistió.
-Gracias.
-Con el doble de sueldo que tenías – Nacho soltó.
Alan ardía de celos, pensaba “qué arrogante” Gerardo no aceptó el trato de Nacho, pero aceptó visitarlo más seguido.
Por la noche, Alan se notaba serio. Sentado en el sillón. Nacho le preguntó a Alan de su actitud.
- ¿Te pasa algo? – pregunta Nacho.
- ¿Por qué?
-Alan, te conozco – se ríe.
-Por dios, Nacho.
- ¿Qué pasa?
- ¡Ese tipo!
- ¿Gerardo? ¿Qué pasa con él?
-Le gustas – Alan dijo – ¿ya lo viste? Está guapísimo.
-Tranquilo, soy yo el que se va a poner celoso. Gerardo no es gay.
-Te comía con los ojos, Nacho.
-No puedes dejar que estar celoso.
-Pues lo estoy.
Del otro lado de la ciudad, Sheila estaba recibiendo terapia, fue un proceso largo. Eliseo veía que Sheila estaba apagada. Para Eliseo fue la oportunidad de conocer a Sheila. Se dio cuenta es una mujer noble y que la estaba pasando muy mal. Ella estaba sentada observando el horizonte, sentada en el pasto.
- ¿Ya terminó tu terapia?
-Hace una hora. Gael está con los caballos.
-Lo sé. Desde hace días te noto apagada. ¿Quieres hablar?
-Todo esto ha sido muy duro para mí. La terapia me ha ayudado. No dejo de sentirme terrible.
- ¿Qué puedo hacer por ti?
-Abrázame.
Continuará…
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