Quería más a su amante que a su esposa, pero no se decidía a separarse para vivir al lado de la mujer que lo hacía vibrar de tanto amor. La esposa sabía que le era infiel con una mujer hermosa, ella también era bella, tenía unos ojos negros muy bonitos y un cuerpo de palmera perfecto. Jasón no se decidía ni por la una ni por la otra, quería seguir con las dos, pese a que su esposa ya le había advertido que de seguir así lo abandonaría en cualquier momento. La amante también estaba dispuesta a todo para solucionar esa situación engorrosa. Un día le dijo a Jasón:
-Si no te decides pronto por mí, te dejaré.
Jasón le contestó de inmediato:
-No te creo, sé que me amas y no lo harás.
Cambiaron pronto de tema y siguieron como si nada. Ella le pidió que se quedará toda la noche a su lado, pero no aceptó la propuesta y se fue a la media noche donde su esposa. Al llegar a casa no la encontró, esperó hasta el amanecer pero ella no regresó. Después de bañarse y desayunar se fue donde la amante y tampoco la encontró. En la mesa había dejado una nota que decía: "Búscame mañana en esta dirección..." Agarró la hoja de papel y se fue para su trabajo, no pudo concentrarse por más que lo intentó. Le estaban haciendo falta la amante y la esposa, por un momento contempló la posibilidad que las dos lo abandonaran. Al rato se tranquilizó, pues era imposible que las dos lo dejaran solo en este mundo cruel. A las 18 horas se fue para la casa. No pudo dormir toda la noche, se levantó a las 6 de la mañana. Se hicieron las 7 y salió con afán hacía la dirección que le había dejado la amante. Se subió en el primer taxi que pasó, pues su coche estaba descompuesto. A la media hora llegó al sitio indicado. Pagó el valor de la carrera al taxista. Se arregló la corbata, caminó unos pocos pasos y luego golpeó a la puerta. Enseguida salieron la amante y la amada y le dijeron que habían decidido vivir juntas, que se fuera rápido, pues iban a darse una oportunidad en el amor. Al otro día el hombre se suicidó, las dos mujeres lo lloraron, pero con el tiempo superaron el dolor y se amaron con mucha ternura y fidelidad.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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