El naufragio.
(En un estudio de filmación, set con cámaras, al centro hay un espacio donde transcurren las escenas de una película) (Un detalle importante de agregar, es que las cámaras tengan una luz que indique que se encuentran encendidas)
Pablo Pena
Octavio Cervantes
Estela Maidana
Silvia Rovira
Escena 1.
(Supuestamente en una caverna, donde además hay un animal muerto, que les sirve de alimento) (Los actores están vestidos de humanos de la prehistoria)
Estela: Hemos logrado atravesar el tiempo de la gran tormenta.
Silvia: Y lo más bien alcanzaron los alimentos.
Pablo: Si pero ésto así de podrido es un asco.
Silvia: Cúanto antes debemos salir de esta cueva.
Pablo: Iré a ver en que estado se encuentran las praderas.
Estela: Oye, Pablo, no vaya a ser que nunca regreses, ponte barro en los labios y bésame la cara.
Pablo: Buena idea. (La besa)
Silvia: Hay que calor. Esto parece eterno. Que tanteo fenomenal, los hombres nunca olvidan los senos y la cola; y yo como siempre recogiendo las migajas.
Pablo: Saldré a ver como está la cosa.
Estela: Ay, Silvia, muero si a Pablo le sucede algo malo.
Silvia: La suerte permita que podamos seguir estando sanos.
Pablo: ¡Mujeres, asoma el sol con bravura! Pero hay algo triste que les debo contar, hombres, animales y plantas, se han ahogado por culpa del fuerte aguacero.
Silvia: ¡Mueran malditas lágrimas de las nubes!
Estela: El olor se torna peor de nauseabundo.
Pablo: Pues somos unos auténticos desalmados, los unos y los otros tratándonos tan mal, comiendo con la panza llena cual si el apetito fuera hambre, sin piedad el destino sin piedad nos ha castigado.
Estela: Hay tantas moscas que no se puede estar.
Silvia: Al fin la tormenta nos dice hasta luego.
Pablo: ¿Que forma tendrá el planeta que el horizonte se ve doblado?
Silvia: De seguro tiene la forma del Dios que nos ha creado.
Pablo: Yo pienso al revés, que vendría a ser como un plato redondo flotando sobre la eternidad.
Estela: Apuesto a que se trata de una roca gigante con forma de esfera.
Pablo: Estela ¿Que se quiere decir cuando se dice infinito?
Estela: Que viene de un principio dudoso y va hacia un final incierto.
Pablo: Ante tanta belleza es el momento exacto como para reflexionar sobre qué es la vida.
Estela: La vida es la suma de muchos procesos tortuosos donde luego de la muerte el alma se marcha a un lugar sin angustia ni dolor.
Silvia: Ya verán, algún día iremos a formar una tribu donde todos seremos importantes y Estela será quien nos marque el camino.
(El director interrumpe la escena)
Octavio: Bueno, bien, por favor permanezcan en sus lugares, ¡no corten y sigan!, solamente escuchen. Avanzando en el tiempo, ahora la escena transcurre en la época del Comunismo Primitivo.
Pablo: (Aún caminando como un mono) Permiso señor director. A los primates, la postura física, así de doblados, posiblemente les acarreaba fuertes dolores de cintura, con lo cual se dá paso a una evolución de andar ergidos por cuestiones del lumbago; y quizás por eso, siglos más adelante, se debiera o debiese caminar derechos como hoy día.
Octavio: Por favor Pablo no se desconcentre y siga. (Ahora los actores se reacomodan y enderezan)
Pablo: Entiendan que antes que administrar hambre es preferible, los unos con los otros competir sanamente a ver quien hace mejor las cosas, pues, compitiendo, así mejora la calidad de vida; y como para enfrentar los avatares que se vayan presentando, se hace menester acumular todo el capital que se pueda.
Estela: ¿No será preferible competir en ayudar a los pobres desdichados a que sean más felices?
Pablo: De por si el hombre es un ser pujante. El mundo recién comienza y de seguro a de avanzar hacia un nivel donde los humanos volaremos como pájaros, recorreremos los mares cual las ballenas.
Estela: Te equivocas con tu propia mujer, pues soy de alma comunista primitiva más nunca seré liberal primitiva.
Silvia: Amigos, es preciso que sepan, que estoy embarazada de vos, Pablo Pena.
Pablo: ¿De que hablas?, si yo a vos nunca te toque un pelo...(El director interrumpe la escena)
Octavio: Bueno, bien, hasta aquí es suficiente. He quedado muy subyugado por esta improvisación tan melancólica. ¡Ésta sí salió suculenta! Por eso en este instante, a vos querido Pablo, quiero darte a conocer la intención de adjudicar una mensualidad. (Le entrega un faco con dinero) Sírvete, como Prima por su participación en la película.
¡Queda usted contratado!
Pablo: Puede tutearme si lo prefiere. Sinceramente les confieso, ando sin trabajo y vine por el aviso; pero en verdad carezco de cualquier estudio sobre actuación, en especial con este sistema de improvisar al libre albedrío.
Octavio: Lo he elegido, precisamente por ser un actor aficionado; mi desafío como artista es crear una película a base de improvisaciones donde los actores se vean afectados por una incertidumbre de corte existencial.
Pablo: Pero haciendo de hombres monos que conversan de filosofía, más bien iremos de transmitir inseguridad y nervios.
Octavio: Fatiga mental es lo que pretendo, caldo de cultivo ideal como para extraer del interior emociones imperdibles. Hice este desvío de trabajar sobre la época de la prehistoria, pues, aunque no ha sucedido demasiado, deseo que obseven, como para en adelante evitarlo, el como al estar improvisando se hace moneda corriente que los actores tengan actitudes muy básicas, casi cual si fueran hombres primitivos; pero ya está, vamos por el buen camino, mejor retornemos al siglo veintiuno, en el año 2021. Entonces a continuación iniciaremos otra improvisación, bajo la misma condición de ser un matrimonio consolidado, con la visita de una amiga que se despacha con la noticia de estar embarazada del jefe de familia; y que como característica principal hablan mucho de política. Además me va a resultar interesante que sean adversarios políticos. Continuemos trabajando en una nueva improvisación.
Silvia: ¡Otra improvisación más!
Estela: Se me aflojan las rodillas.
Octavio: Tengo en mis planes hacer muchas improvisaciones e ir tomando lo mejor de cada una, con además decantar lo podrido que no sirva.
Pablo: ¿Que hora es? ¡Las nueve menos cuarto! Me tengo que retirar...
Octavio: Nada de eso, ladronzuelo, falta completar el itinerario.
Pablo: Como se lo tengo que decir, no doy más, estoy extenuado.
Octavio: Créame que lo entiendo, pero insisto, se trata de eso, de estar con las defensas bajas como para conseguir material carente de estéreotipos. Y por favor, ignoren ésta situación de ser observados por las cámaras. Lo más recomendable es hablar de lo obvio que se vaya presentando e ir respondiendo a los estímulos con tranquilidad interior, sin pensar ni un segundo en si está bien o mal lo que está sucediendo. Ustedes deberán sentirse cual números que arrojan resultados. Tampoco quiero que tengan una idea escondida bajo el poncho pues de seguro quedarán atrapados en un laberinto de porquería. Aférrense a rajatabla de los pocos conocimientos que por gracia de la acumulación vamos consiguiendo; y floten sin tener conciencia de las huellas marcadas en el ego.
Estela: Un argumento interesante sería poner sobre el tapete ésta cuestión concreta del socialismo en cuanto que el hombre debe ajustarse a una receta.
Octavio: Estela, mejor guarda energías para lo que continúa y despanzúrrate a gusto en esta nueva improvisación.
(Los actores, con pocos elementos, hacen cambio de escenografía y de vestuario)
Octavio: Vamos, a sus puestos: Luz, cámara, y acción.
(Luego de una pausa)
Estela: No seas plomizo cielo de invierno, ¿no podes ser vos para tener relaciones?
Pablo: ¿Y que querés que haga?, sino te disfrazás no me exito.
Estela: Tan fea me conciderás.
Pablo: Para nada, se lo achaco a la rutina y al acostumbramiento.
Estela: Pero si lo hacemos todos los días, ahora encima me tengo que disfrazar.
Pablo: Bueno pero entonces quiere decir que me gustas mucho.
Estela: Okey, pero si que no podes llegar a la cima abandonamos.
Pablo: Dale; busca en el placard y vestite de leopardo asesino.
Estela: ¿Sabes lo que siento?
Pablo: ¿Que?
Estela: Que con tu actitud tan machista en el fondo escondés una agresividad enorme.
Pablo: No hay peor cosa que razonar a la hora de los pasteles.
Estela: (Como amenazando con las garras de un felino) Observo en tu rostro la imagen del diablo, en el fondo eres una persona vil.
Pablo: No lo niego, quizás debería tener un harén, pero ocurre que hoy dudo que vaya a conseguir minas.
Estela: Estoy recontra cansada.
Pablo: Sobra la ropa.
Estela: Sacámela vos.
Pablo: (Hace la mímica de quitarle el vestido) Sabes, odio tener que hacer ésto, mejor que cada uno se desnude por su cuenta.
Estela: No, Pablo, no.
Pablo: Ojo, mira que sino te violo.
Estela: ¿Que?
Pablo: No hagas que tenga que forzar la situación.
Estela: Lo huelo, estás sucio, recién acabas de tener sexo fuera de casa.
Pablo: ¡Es al revés, sos vos la que anda por ahí revolcándose entre camelias estampadas en sábanas de comité!
Estela: Me quiero separar.
Pablo: Si pero antes vas hacer el amor como siempre.
Estela: Soltame.
Pablo: Pero vení para acá rebelde sin argumentos.
Estela: Bueno, está bien, me desnudo. (Hace la mímica de desnudarse)
Pablo: Uy, uy, uy. (Con un sonrisa de par en par) Dame un beso en la dentadura.
Estela: Ni loca. Siempre perdura lo mejor de cada cultura pero en tu caso actúas como un recién llegado de la prehistoria. No sientes lástima de mí, te da igual, si gozo, si sufro, o si estoy indispuesta. Me quiero separar, patán, déspota.
Pablo: Hasta que un juez no dicte lo contrario acá el que manda soy yo.
Estela: ¿Sabes, yo nunca gozo con vos?
Pablo: Quiero comer y que te vistas de portaligas con la cofia de cocinera. Hacé lo que te pido porque sino te pongo un revolver en la cabeza, te hago asomar por el balcón, y cuando venga la policía les voy a pedir una grande de muzarela.
Estela: Mejor vamos a la cocina y te preparás unos panchos.
Pablo: Quisiera cenar algo más elavorado, pastel de papa, por ejemplo.
Estela: ¿Ves?, es imposible que exista una única ideología, por lo tanto, en la medida que tengamos diferencias de fondo habrá una postura por cada quien del matrimonio.
(Octavio hace señas a Silvia para que entre a escena)
Silvia: ¡Permiso! Entro sin avisar pues la puerta de calle está abierta de par en par, ¿hice mal? Pero igual, no teman, traigo un tapaboca.(Haciendo la mímica de tener una panza enorme)
Estela: ¿Estás en cinta?
Silvia: Si ¿Viste? Quedé como el país luego de un gobierno liberal, con la deuda externa engrampada hasta el culo. Amiga, tendremos que compartir a partir de las diferencias, haz de cuenta que has alquilado un vientre...
Estela: No insinurás que el culpable es mi marido.
Silvia: Precisamente de eso se trata.
Estela: Ahora lo veo todo claro, la fecha de la concepción coincide perfectamente con aquel viaje a Mendoza que tuve que realizar por razones políticas y al que este cretino se negó a acompañarme argumentando pelotudeces.
Pablo: No fui por que no soy peronista sino liberal; además no pienso darle el apellido a posibles zurdos; contigo es suficiente.
Estela: ¿No decís siempre que querés ser padre de una criatura?, bueno ahí tenés.
Pablo: Quiero ser padre pero con vos, y de un niño liberal democrático.
Estela: ¿Maldito despota, a lo mejor tenés suerte y te sale gorila de derecha! (Hace la mímica de extraer de un mueble un arma, y con el dedo índice de cañón efectúa un dispararo, más Pablo cae mal herido)
(El director interrumpe la improvisación)
Octavio: Bueno, bien; hasta aquí es suficiente. Lo primero, por dios, ¡chicos! por nada del mundo hagan la mímica de las acciones; en ese aspecto hemos involucionado muchísimo. Otra cosa, queda totalmente prohibido hablar de la pandemia, basta de covid-19, de alcohol en gel, de tapabocas, de tumbas y de muertos. Pero igual, los felicito, estuvieron estupendos. Y vos Estela, como siempre, colmaste la escena de brillo, de talento, de arte. Luego van a poder ver lo que quedó filmado y a analizar el rumbo a seguir. ¿Tienen algo que agregar antes de comenzar con otra improvisación tomando como punto de partida esta última pero sin jugar a dígalo con mímica?
Estela: Yo me sentí muy a gusto.
Silvia: Y yo quería decir algo acerca de: Lo que es justo para mi a lo mejor no lo sea para el resto de las personas; y ahí no más tenemos los ejemplos en hilera, matrimonios gay, fenomenal para los homosexuales pero todas las iglesias del mundo lo desaprueban; entonces, ¿donde está la verdad? Fecundación asistida, adopciones, o aborto, unos dicen si, otros no. En efecto, la evolución existe, y aunque no lo queramos todo cambia y se transforma, pero ¿hasta cuando y donde? ¡Carajo!
Pablo: Cómo en la vida real hace poco estoy separado de mi señora, de discusiones de pareja estoy bastante afiatado; pero en cambio de política calculo que deberíamos hacer un estudio previo pues desconozco de liberalismo de derecha y entonces me resulta imposible explayarme de corrido. Además, no se si habrán notado, que cuando salen los temas de política, me ruborizo, chancho criado a los cachetazos paresco. Señor director, sea bueno, cansado es poco, estoy descompuesto.
Octavio: Haga caso, sigamos como venimos hasta ahora. Para eso le hemos asignado un sueldo elevado. Más horas si pero menos nunca. Le informo que aquí las jornadas de trabajo suelen durar hasta doce horas.
Pablo: Por qué mejor no cambiamos de roles y que ellas sean las muchachas liberales y yo el peronista con todas las letras, calculo que así iré a nadar como pez en el agua; ni siquiera un conocido con ideas liberales tengo.
Silvia: Para mí, aunque se obtengan más ganancia lo más dificil es ser de centro.
Estela: Uy, también yo estoy sumamente agotada; pero acostumbrada.
Octavio: Intento hacerles entender que me interesa mucho el momento en que el actor se encuentra exauto, sin fuerzas, pues considero que es allí donde pierde las defensas y con ello todos los clishé.
Estela: Me encuentro aterrada, pese a las repeticiones no recuerdo nada de lo que hicimos.
Octavio: Me vuelve a interesar esta idea que Silvia está en cinta. ¿Que les parece si la amiga dice estar embarazada de Pablo pero finalmente es mentira?, y lleva puesto un corsé de panza pues responde a un plan del Partido como para destruir el matrimonio.
Pablo: Genial.
Silvia: Estupendo.
Estela: Creo yo, el peligro de volcar el texto hacia el terreno de la política es que vayamos a caer en el panfleto.
Silvia: Deberían existir lugares donde la población pueda comer gratis, dormir si lo necesitan. El problema de la pobreza es que resulta ser algo alarmante, que francamente vendría a ser como caer sobre un colchón de espuma pero hacia un abismo sin fin; dá miedo ser pobre, ni hablar de indigente, eso sí despierta pavura.
Octavio: Sigamos por éste camino; pero en adelante acordemos que es mentira lo del embarazo, más luego, en otra improvisación intentaremos lo contrario.
Silvia: Entendido.
Pablo: ¿No podriamos definirlo antes y así nos ahorrarmos una improvisación? Si no me falla la calculadora, sin contar los hombres primitivos, van nueve improvizaciones de corrido, ¿que onda?
Octavio: Negativo. Vomiten los textos y traguen bilis y más luego la degustan. Yo siento admiración por todos aquellos actores que jamás se amedrentan ante las maratones.
Silvia: Yo quisiera decir algo sobre que en los sistemas socialistas al no existir tanta variedad de productos, que con cuatro cosas locas se resuelve el problema de la subsistencia, ello trae aparejado menor depredación de la naturaleza, al contrario de los países capitalistas donde dale que te dale a la máquina de hacer chorizos.
Pablo: En ese sentido a mi me gustaría agregar que por culpa de tantos empleados públicos luego aumenta la burocracia y a la postre nos habremos de quedar sin árboles como para cubrir los tantos trámites.
Octavio: Por favor, lo que tengan para decir lo dicen en la escena. Vamos, arriba: Luz, cámara, y acción.
(Empieza una nueva improvisación)
Pablo: ¿Como puede ser que la calles estén atestadas de delincuentes que vayan y vengan consumiendo del escaso petróleo, mientras tanto martirizan a la población con robos y secuestros?
Estela: Por qué mejor no vamos a Cenar Afuera.
Pablo: Ese Frente de Todos los tiene montados sobre un éxito en el que jamás imaginaron que vaya haber tantos bolcheviques. De dominar al mundo allí seremos como un panal de abejas, pero sin reina, todos vagos, e iguales como las montañas de la cordillera de los Andes; ahora decime¿no te deprime la posibilidad de ser una muñequita rusa?
Estela: Hay que hermanar, hay que hermanar.
Pablo: Pero vení para acá, no ves que tengo un matafuego entre las piernas.
Estela: No empeces con eso ahora justo que la charla se pone interesante.
Pablo: Voy a comparecer ante un juez y me voy a quejar porque te negás a darme lo que en cierta forma me pertenece.
Estela: Por qué mejor no terminas de completar la idea política, ¿acaso seguís resentido por lo que sucedió en la Revolución Francesa? Si existe tanta gente que exige igualdad colectiva será porque no es tan certera la ideología del individualismo.
Pablo: ¡El país más barato del mundo! Deberías de considerar como algo positivo el hecho de que la esclavitud se haya abolido por gracias de la filosofía que valora al humano como algo individual e importante. Y además me desagrada sobremanera ver como hoy día hasta los peronistas tienen pánico de opinar.
Estela: ¡Si pero aún existe la esclavitud en talleres clandestinos de costura dirigidos por los capangas de la derecha nacional! Ustedes con la excusa del individualismo lo que hacen es ir dominando a uno por uno. Inventaron el capitalismo para hacer zafar de la esclavitud a las gentes de color pero luego les usurparon el sagrado continente; y trascartón, con sueldos de hambre encerraron en fábricas a millones de obreros, donde las suculentas ganancias son como para ir perfeccionando los armamentos para así dominar al mundo por la fuerza bruta con guerras y más guerras.
Pablo: Impuestos y más impuesto es de lo que saben hacer ustedes, decime, ¿que puta diferencia hay con un imperio decadente de la Edad Media?
Estela: Si pensamos tan distinto, ¿entonces por qué te casaste conmigo?
Pablo: Porque a pesar de no compartir tus ideas políticas, siento el elixir de tu croqueta y se me pone la piel de pollo.
Estela: Que lindo lo que decis, pero tanto apetito sexual esconde una forma de agresión defenestrante.
Pablo: Deseo cumplir una fantasía y aquí tienes mi tarjeta de crédito para lo que gustes comprar.
Estela: Ah, Pablo, ¿a que no sabés quien llamó? Silvia Rovira.
Pablo: Hace un montón que no la veo, ¿que pasó, se quebró la alianza?
Estela: No, para nada.
Pablo: ¿Y que quiere?
Estela: Hablar con nosotros.
Pablo: ¿Conmigo también?, ¿de qué, si se puede saber?
Estela: Debe querer que vaya a alguna reunión e invitarte.
Pablo: Uy, uy, uy, cada vez que aceptás un compromiso de tu Partido, después te transformas en una tarada inservible.
Estela: El gobierno nos necesita, recordá que estamos gobernando por gracia del voto de los indecisos y hoy más que nunca debemos ser los guías para todos aquelllos que carece de rumbo.
Pablo: Te comprendo, ustedes están creando una casta política y ni loca querés quedar afuera.
Estela: Bueno, si, ¿que tiene de malo?, somos los militantes unidos.
Pablo: ¿Y cuando vendría a ser esa charla?
Estela: Dijo que cuando quede libre de compromisos va a traer una masas para tomar el té.
Pablo: ¿Qué pretende, hacerte quedar en casa a esperar que llegue? Te propongo el siguiente programa, traemos la televisión, y la ponemos frente al sofá, comemos y de postre hacemos el amor, dale, lo tengo acá ese programa.
Estela: Entiendo que deberíamos intentar ver cuales son los puntos en común que quizás en algún rinconcito allí perdido puedan tener nuestras ideologías. Pero mejor empecemos por clasificar y disertar, por ejemplo: Presencia del Estado, yo; Libre comercio, vos; control de precios, yo; libertad de prensa condicionada por el imperialismo, vos; ley de Medios, yo. El fascismo, ninguno, por suerte; pero socialismo sano, yo. Y tú, propiedad privada, gobiernos de derecha, amarretismo. Protección social, expropiaciones y burocracia, yo; colonialismo, vos. Luego tenemos el factor corrupción que es común a todo el espectro de la política, ja ja. Pero mejor sigamos con las diferencias: Golpes de Estado, vos, eso no me lo podes negar; democracia, yo. Intervencionismo y proteccionismo que impide a las empresas un enriquecimiento desconsiderado que va en desmedro de los intereses del pueblo, yo; globalización y competitividad entre países con un mismo nivel de tecnología, y de capitalismo salvaje, vos...
Pablo: A mi todo esto que decís me despierta un apetito sexual sin precedente.
Estela: Uy no, entonces me callo.
Pablo: No, dale, seguí, tiene de entretenido tanto como de excitante, muy interesante, ultra educativo.
Estela: Es un intento de filosofar con argumentos.
Pablo: Nosotros pensamos que es imposible que seamos todos iguales, que así como existen burros existen caballos, así como existen gallinas existen pavos; y si tú te dedicas a estudiar vas a tener mas riqueza de información que un ignorante que se dedique a jugar al baloncesto; o sea que somos todos distintos; un jugador de fútbol de primer nivel pasa de pobre a millonario en una única transferencia, ¿y eso está mal?, y lo mismo ocurre con tantas otras cuestiones.
Estela: Me resulta muy injusto valorar "algo" como más importante que otros "algos", y que por ello aquel que es un depredador deba ser más poderoso que aquel que necesita una vida tranquila y ociosa, incluso como para poder pensar y más luego devolver dicho fruto importante. ¿Acaso no es el humano el animal mas cruel y desalmado que existe?, y entonces, ¿cómo dejar los altibajos del destino en manos de egoístas e inescrupulosos, cuando lo mejor es elevarse a la categoría de sociedad de conjunto en si capás de solucionar los temas mas urticantes?
Pablo: El liberalismo en sus comienzos fue una idea de avanzada, lo que vendría a ser el comunismo de hoy día, pero con la gran diferencia que allí se treminaron todas las propuestas sensatas. Cuando la población se expande y se habita el planeta, no existe otro forma de organizarse que no sea comerciando, lo que "unos" hacen, "otros" lo compran o adquieren, y entonces allí se van creando los mercados antes que el propio Estado; y existen productos que tienen más demanda y por lo tanto cotizan mejor, u otros que valen tanto simplemente por ser tan necesarios, entonces a partir de ésto "unos" se vuelve ricos y "otros" quedan rezagados y pobres.
Estela: Si pero a los trabajadores solamente se les asigna una remuneración mucho menor a lo que producen, así no más cual si en dicha relación laboral no existiera una sociedad de hecho.
Pablo: El comercio es amistad. Aceptar las diferencias es aceptar la diversidad que conlleva la paz entre los hombres. Pero la ignorancia, la acumulación de odio, y la falta de cultura, es lo que transforma al humano en un sinverguenza, caradura, y desastraso, más eso sí que merece castigo.
Estela: Cuando se goza de los beneficios de una buena sombra es inadmisible la carencia de bondad. Las ideas liberales se encuentran fuera de moda, a la gente ya no les convence el argumento ése de que hay que tener un plan económico, todo verso, el país es lo que es; ser liberal se trata de estar en defensa de la ideología de los ricos, pero están en retroceso pues el setenta por ciento del mundo es de clase baja. A ver, decime, ante tanta explotación por parte de la oligarquía, ¿como no va haber sindicatos que defiendan los derechos de los trabajadores? Bueno, pero aguardá un momento que alguien llama a la puerta. ¿Quien es? Ya voy.
Pablo: Mi conciencia persiste en una blandura muy cuestionable.
Estela: Pablo, mira quien nos visita.
Pablo: ¡Amiga!, ¿como le va? hace tiempo que no la vemos. Pero que ven mis ojos, ¡estás embarazada y a punto de dar a luz! De tanto hablar de globalizar te ha salido un globo en la panza; pero ne se trata de eso, se trata de otra cosa....
Silvia: (Lleva un almohadón debajos de la ropa; mas un paquete) Disculpen la hora, iba a venir mañana pero temo descomponer y entonces adelante la visita. Aquí traje pollo al espiedo con papas fritas. (Estela y Pablo huelen el aire y sonríen) Ah, y si no tienen ganas de poner los platos les propongo que hagamos un picnik y comamos con las manos.
Estela: Estábamos hablando de lo mismo porque Pablo quiere que cenemos aquí mismo.
Silvia: Vine hablar con ustedes, de algo que tal vez los pueda llegar a un tanto a incomodar. Quiero agregar que de casualidad llevo conmigo un mantel, ¿lo extendemos sobre el piso?
Estela: Mira, si querés que seamos los padrinos del bautismo, yo por mi parte no tengo ningún problema, no sé Pablo; que ahora lo observo un tanto nervioso y esquivo.
Pablo: No, yo tampoco tengo ningún rollo, es más, soy muy Creyente y respeto mucho la maternidad.
Estela: Bueno, pero decinos, ¿que es lo que está pasando?
Silvia: Pablo, con esto no pretendo amargarles la vida...
Estela: Amargar la vida, que frase tan funesta, no querrás decir que Pablo es el padre de la criatura.
Silvia: Bueno, no pretendía ser tan directa, pero, amiga, compañera, camarada, justamente esta es la cuestión que les vengo a plantear.
Estela: No querrás decir que mi marido es un infiel, y además un miserable traidor.
Silvia: Fue, ocurrió, pero pasó cuando ustedes estuvieron en crisis matrimonial; hasta me animo a decir que no te hagas la santita por qué vos también saliste con un muchacho peronista...
Estela: Estoy segura que miente.
Pablo: Querida Estela, seamos suaves, no olvidemos que pronto irá a dar a luz.
Estela: ¿Es verdad lo que dice?, ¿vos tuviste relaciones con ella?
Pablo: Te voy a ser sincero.
Estela: ¿A ver?
Pablo: Es verdad, pero estoy seguro que exagera, porque nos cuidamos, especialmente yo que no hice otra cosa que evitar que quede embarazada.
Silvia: Hicimos el amor y eso es lo que cuenta.
Estela: ¡Monstruo!
Pablo: Me sé anegado, hundido, pero esta maldita está falseando la realidad.
Silvia: Y entonces, ¿que hacemos? quiero que le des el apellido, que presencies el parto, que me ayudes con una cuota de alimento.
Pablo: Mejor quédate a vivir con nosotros.
Estela: Tenemos la certeza de que estás mintiendo. ¿Por que nos involucrás? Cretina, si estuviste con otro admitilo.
Silvia: No permitan que el crío se críe guacho.
Pablo: Es casi un crimen destruir un hogar tan feliz como el nuestro.
Silvia: Si pero ustedes piensan muy distinto, nadie puede ser dichoso duermiendo con el enemigo político. Aparte, mira como se mueve nuestro hijo dentro de la panza.
Pablo: Un momento, te zamarréas cual sonajero.
Estela: A ver, uy si, mira Pablo, te pido por favor que examines ésto.
Silvia: Si no lo piensan reconocer me niego a que tengan el privilegio de tocar la panza.
Pablo: Voy a tratar de ayudarte, pero dudo mucho de lo que decís.
Silvia: Hagamos lo que dice Pablo, formemos un trío matrimonial. ¿Estás de acuerdo, Estela?
Pablo: Te voy a exigir un ADN.
Silvia: Vos no has podido ser madre, tal vez seas estéril, es una linda oportunidad; con Pablo no tendremos problema que sea también tu hijo.
Estela: Ay, Silvia, entonces para qué ocultaste la verdad tanto tiempo...
Silvia: Los peores años de tu vida los pasarás siendo celosa; es cuestión de darse manija.
Estela: ¿Pero qué es ésto, un ajuste de cuentas? ¿Que mierda te hicimos nosotros?
Silvia: ¡Un hijo! A lo sumo será un hijo no deseado por vos, pero hijo al fin.
Pablo: Querés acusarme delante de mi esposa que tuvimos una historia, bien, ya lo has hecho, pero sé perfectamente que ese hijo no me pertenece.
Silvia: Sugiero que nos calmemos y comamos este pollito que traje.
Pablo: Tengo un nudo en el estómago.
Silvia: Por fortuna estamos hablando, imbuidos por el sentimiento más noble que existe, de amor, y con ello vamos a sortear todos las barreras, ya lo verán, le ganaremos a la adversidad.
Estela: Estás desesperada, insisto en decir que te calmes, que todo va a salir bien.
Silvia: Es que necesito que Pablo se defina con claridad, me sorprende para mal esa dualidad de hombre bueno y responsable liberal, pero a la vez de persona en bancarota...
Estela: Existe una amplia gama de posibilidades de como reaccionar ante la infidelidad del hombre que tanto se ama, pero cuando el amor se decanta nunca más vuelve a su estado natural.
Pablo: De lo que hice estoy avergonzado pero finalmente un hijo es una gran dicha, y tengo la aspiración de darle lo mejor a la criatura, educarlo, ofrecerle oportunidades de desarrollo, otorgar herramientas para que conquiste el entorno.
Silvia: Este hijo es de los tres; tres padres que cual obreros, día a día iremos picando la tarjeta de entrada al trabajo.
Pablo: Te explico, finalmente no creo en nada de lo que decís; he sido infiel y me arrepiento, pero insisto que presiento en vos algo raro y perverso.
Silvia: No te hagas demasiado problema pues Estela también te fue infiel.
Pablo: En ese caso la perdono, quedamos a mano.
Estela: He estado observando y calculo que Pablo tiene razón. Esa panza es falsa, una falsa panza, vos no estás embarazada, mentís, mentís y mentís; pero la república madre que lo parió, ¿que te proponés?
Pablo: Permítenos ver...
Silvia: ¡No me toquen! La van a pagar caro si lo hacen.
Estela: Esta panza es demasiado redonda, más la miro más me convenzo que es un fraude.
Pablo: ¡Vamos, déjanos ver que hay debajo!
Silvia: Ustedes vieron como el niño se mueve.
Pablo: ¿Por que te sonríes entonces?
Silvia: Nada, me causa gracia tanta ¡coincidencia de pareja despareja!
Estela: Tus palabras suenan a choque de cacerolas en protesta de gente de derecha.
Silvia: Es que ustedes no respetan mi condición de mujer en la cornisa de parir.
Pablo: Pongamos un poco de orden, vamos Silvia, levanta la blusa y enséñanos el almohadón que hay debajo.
Silvia: Está bien, les voy a contar la verdad, pero sepan que se trata de un plan por parte del Partido. Una misión que me han encomendado para hacer que se rompa el vinculo afectivo y con ello destruir el matrimonio. Fue el presidente quien ordenó el plan, no quiere permitir que una militante tan importante como vos, quede a merced de un gorila reaccionario, que claro, irremediablemente día a día va taladrando tu mente socialista. Ahora que los veo tan destruídos, lamento haber creado una alteración en la relación, pero si me niego al plan de seguro me costará la vida. Miren, es un vientre postizo.
Pablo: ¿Y toda esta invención como sigue, como continúa?
Estela: Ni idea, ¿yo voy a estar en contra tuyo?
Silvia: Con el final del matrimonio, el divorcio, la disolución de la pareja, el distanciamiento definitivo.
Pablo: Tengo una idea, que de seguro ha de servir como para dilatar el conflicto.
Estela: Mi amor, ¿de que se trata?
Pablo: De hacerles creer que en efecto nos hemos separado.
Estela: Pero eso es traición al Partido.
Pablo: Eligan, la vocación política o yo individuo.
Silvia: ¿Pero lo que Pablo propone tiene que ir acompañado de un separación efectiva, ¿y ustedes están dispuestos a ello?
Estela: Yo ni loca me despego del ser amado.
Pablo: Los socialistas son de acusar a los libres pensadores de colaborar con la dictadura militar y los desaparecidos, por añadidura colocando piedras en el camino...
Estela: Pese a tu ideología deseo estar a tu lado.
Silvia: Les aseguro que nos deben estar vigilando, seguramente apenas salga de aquí habrá de estar algún compañero esperando, y ustedes bien saben que esos informes van acompañados de extensos interrogatorios; y algo más que sagacidad tendré que esgrimir como para poder quedar fuera de sospechas.
(El director interrumpe la escena)
Octavio: Bueno, muy bien, hasta aquí es suficiente. Evaluemos, que es la mejor manera de afinar el resultado.
Pablo: (Como metido en el personaje) Existe una pirámide existencial, y en efecto, es de vital importancia, que en cada etapa del destino individual el Estado pueda hacer seguimiento del bienestar de los más necesitados. Si un niño nace desamparado, que el Estado brinde soluciones; y es allí donde debemos notar su presencia más nunca colocando zepos a las importaciones o retenciones al campo. La primer gran empresa es la familia, conformada por individuos, más recién luego se crea un país...
Octavio: Eh, Pablo, pare, ya terminó la improvisación, luego de la evaluación tendrá la posibilidad de nuevamente explayarse, pero ahora conviene despejar las neuronas. Sigamos; lo que si veo bastante flojo por parte de las señoritas, es la defensa del peronismo, siendo que son activistas de ese movimiento no queda para nada claro si Estela pertenece a la corriente de Cristina o es una invitada de lujo a formar parte de la coalición.
Estela: No; pienso que el personaje mío, es socialista trowkista militando en el peronismo combativo; y la que si vendría a ser aunténtica peronista de la cámpora es aquí la compañera Silvia.
Silvia: Si, concuerdo con Estela, pero por allá se me mezclaban las imágenes de ese nefasto de Lopez Rega y no sabía mucho como sintonizarme con la vida.
Octavio: Con una nueva improvisación deberemos reforzar éste punto; tal vez sea conveniente al revés, que Estela sea la peronista y Silvia la invitada de lujo; por qué si Estela pertenece al socialismo ¿para que iría el peronismo a querer destruír el matrimonio?
Pablo: Ay, no señor director, tenga piedad de nosotros, no sé las chicas pero yo me siento al borde del delirio, de un patatús.
Estela: Pablo tiene razón, tengo nauseas y vahídos, hace bocha de horas que estamos improvisando.
Octavio: Es lo que busco, un estado especial a base de cansancio.
Silvia: ¡Que genial como sin saber un comino de liberalismo Pablo se las rebusca para hacernos creer que es un erudito en la materia!
Pablo: Solamente sé de justicialimo popular.
Octavio: Sinceramente, sin que las compañeras se ofendan, usted amigo me ha sorprendido sobremanera; y no le afloje, porque por esta ruta acaso pueda llegar a ser el gran héroe de su familia. Me salgo de la vaina, me encuentro sumamente entusiasmado. Escuchen bien, me sentiría muy mal si fallo con este planteo; quiero proponerles quedarnos toda la noche a trabajar.
Estela: ¡Es una locura!
Silvia: Tengo muchas cosas que hacer.
Pablo: Octavio, lo mío se trata de un problema de fuerza mayor, mañana es el día que me toca cuidar de mis hijos...
Octavio: Vamos, Pablo, sea condescendiente, qué se queden con la madre, ¡al demonio con tanto apresto y almidón!
Estela: Soy de la misma opinión, que por hoy deberíamos dar por terminado el ensayo.
Octavio: Estela, no defraudes la opinión que tengo de vos. El miedo real, la patética angustia, la lánguida desazón, la puta incertidumbre, adquieren una consistencia perfecta bajo los influjos del esfuerzo dramático; donde la vista, el olfato, el tacto, el gusto, el hecho de hacer oídos de la fantasía, en cadena se potencian junto con la inspiración dando paso a peculiares sentimientos afectados de arte; por cierto, sentimientos nada fáciles de conseguir por el simple hecho de actuar de taquito; por ello, les suplico, no desaprovechemos éste fértil caldo de cultivo y sin más demoras demos comienzo a una nueva improvisación como para así ajustar los tornillos flojos. ¡Basta ya de vacaciones, hoy es la gran noche de improvisar!
Pablo: Aterra escuchar decir vacaciones a tres minutos de descanso.
Octavio: A ver, entonces probemos invirtiendo los papeles, que Estela sea la aunténtica peronista a quien ese tal presidente pone a prueba como para ver como se desempeña, y Silvia la socialista invitada.
Silvia: Diga la verdad, no obstante este detalle que menciona, esta primera parte está bastante afiatada.
Pablo: Por éso, a mi me encanta ésto de actuar pero preferiría hacerlo con un texto escrito por alguien que sabe.
Octavio: Digo, ¿no se dan cuenta que falta, que estamos a medio camino?; y con mas razón voy a insistir con la proposición de si se animan a improvisar toda la noche.
Pablo ¡Toda la noche!
Estela: Será eterno...
Pablo: Por mi parte, solamente la necesidad económica me aferra a semejante situación espantosa.
Estela: Octavio, confío en vos ciegamente, pero...
Pablo: Me está costando mucho distingir entre la realidad y la ficción, de como marido el amor que tengo por Estela con el afecto real de un simple compañero de trabajo; por momentos siento que es mi esposa de verdad debiendo reprimir los impulsos de querer besarla, abrazarla...
Octavio: ¿Y?, estoy esperando la respuesta definitiva, ¿se animan o no sé animan a quedarnos a improvisar toda la noche?
Pablo: Estoy algo aturdido, por momentos siento un silvido en los oídos que no me permite escuchar ni lo que yo mismo pronuncio; preferiría que ellas se definan primero.
Silvia: Yo no me opongo.
Octavio: Entonces ¿quien dice toda la noche dice mañana también?
Pablo: ¡Por todos los santos! ¿Dos días consecutivos?
Octavio: O quizás, a partir de hoy, ¡una semana corrida!
Estela: Octavio, esto se está pareciendo a una sesión de remate público, no sé guarde nada, diga la cifra final.
Octavio: Pienso que con veinte días podríamos lograr grandes cosas.
Estela: Siempre que la película quede terminada o casi terminada, ¡no presento objeciones!
Silvia: Yo tampoco.
Octavio: ¡Así hablan las Divas!
Pablo: ¿Y en cuanto al sueldo, cuanto cobraría con esta reforma?
Octavio: De lo que le dí recién, veinte veces mas, más un porcentaje de las recaudaciones.
Silvia: De todos modos, quiero suponer, no todo será actuar y actuar de corrido, calculo haremos campamento, iremos parando, evaluando y conversando...
Octavio: Obvio, desde luego habrá intervalos como para distenderse.
Estela: Está bien, acepto. ¡Lo que escucharon, acepto!
Silvia: ¡Y yo también!
Pablo: Má si, vayamos para adelante, y de paso tomo las clases que debo, más con ello para ese día seré un actor consagrado.
(Apagón)
SEGUNDO ACTO: Epílogo final.
Escena 2.
(Luego del apagón de luces, regresa la claridad. Octavio no participa de la escena pero su ropa se ve apilada a un costado. Las luces de las cámaras yacen encendidas. Con un palillo Pablo escarba los dientes, mientras tanto, Estela y Silvia, mira a Pablo con cara de asco)
Pablo: Por el sol fuerte ayer tuve un infarto, pero igual callé y no dije nada.
Silvia: ¿Cual sol? Estela: Deja fluir hacia afuera lo que fluya por tu mente.
Pablo: En mi conciencia solo corre una brisa tibia parecida al silencio.
Estela: Yo en cambio me siento como en un paraíso cuántico donde todo son cosquillas.
Pablo: Por las trenzas en los cabellos debés haber sido una niña muy midada.
Silvia: Muy mimada y llena de juguetes.
Estela: Hago un meaculpa y confieso que en lo más íntimo de mi ser siempre estuve de acuerdo con la oposición en pedir al Fondo más luego Silvia: Cuando seamos ancianos allí tendremos la escusa de la esclerosis pero ahora seamos coherentes.
Pablo: Hemos quedado atrapados en un laberinto de números impares.
Estela: Propongo hacer el juego de ver quien saca el palillo más corto como para saber quien limpiará la sangre.
Silvia: Busquemos otro método, yo con ese sistema de elección no participo más.
(De pronto aparecen junto a Pablo, unos billetes de moneda corriente)
Pablo: ¡Mujeres, miren!, de la nada junto a mi pie izquierdo de pronto aparecieron unos billetes de mil. Ja, ja, ¡que les digo ésto es mío!
Estela: ¿Cómo puede ser?
(Al momento una nueva aparición de otros billetes de mil ocurren en derrededor de Estela y Silvia)
Silvia: ¡Caramba! Vean ésto, aquí han aparecido otros billetes mas.
Estela: ¡Oigan, miren, junto a mi lado hay otros billetes iguales!
Pablo: Si me lo permiten, voy a exponer un pensamiento, quizás un tanto alocado y febríl.
Estela: ¿A ver, cual?
Silvia: No temas, dí cuanto piensas.
(Desde el fondo entra Octavio)
Octavio: Bien, hasta aquí es suficiente. Los felicito. Aunque después el público vaya a pensar que se trata del truco del mago, ¡hemos logrado abrir las puertas del Paraíso! ¡Aleluya! ¡Es hora de descansar, tenemos material como para ochenta películas!
Pablo: ¡Un momento!, a propósito de la aparición de esta Moneda quisiera soltar una impronta. Cuando en silencio Jesús oraba el padrenuestro, de seguro ya había experimentado una situación similar a ésta de nosotros ahora, de donde de la nada cual Maná del Cielo le hubo aparecido dinero de la época. Por lo tanto, en su rezo de todos los días, Jesús incluyó en su plegaria el hecho tan significativo de aquella materialización proveniente de la Divinidad. Entonces, en aquellos pedidos de la oración de nuestro amado mesías, en efecto él se refiere a una deuda de tipo económico, por cierto, contraída con su amado Padre, El Todopoderoso. (Las luces van decreciendo) Más entonces, conciderando como improbable que Dios vaya a querer juzgar nuestras ofensas aplicando la ley de los mortales, mejor deberíamos rezar diciendo como en el original, que por favor perdone nuestras deudas, pero en lo posible aplicando la misma paciencia que nos tiene el Fondo Monetario Internacional.
(Octavio y las actrices, ríen, y se burlan de Pablo, mientras las luces lentamente van alcanzando la oscuridad)
(Apagón)
FIN.
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