No se murió el amor parte 10
Montada en una patrulla de la policía, iba junto a Nacho en busca de Gael. Pudieron dar con su paradero mediante su ubicación en el celular. Llegaron al hotel en que se encontraba la supuesta ubicación de Gael, él ya no estaba solo sus cosas, su maleta, ropa y sangre en el cuarto. Sheila estaba destrozada, Nacho trataba ser lo más objetivo posible y no cometer una locura. La gente del hotel dio la descripción de la camioneta en la que se llevaron a Gael.
Después de seguir las pistas lograron encontrar la camioneta y el cuerpo de Gael.
-Tiene signos vitales – gritó uno de los policías.
De inmediato Sheila corrió para ver a Gael que estaba terriblemente golpeado.
Por la noche el joven seguía dormido. El médico les dijo que tenía algunos golpes en la cabeza pero que ningún órgano estaba en peligro. Necesitaría tiempo para poder recuperarse.
-Es mi culpa que mi hijo está así – Sheila repetía todo el tiempo.
-Es culpa de los dos – Nacho también era responsable.
-No puede ser que mi hijo se dedicara a la prostitución. No soy un buen ejemplo para él.
-No digas eso, tu trabajo no tiene nada que ver. Tenemos que hablar con él para que nos diga qué pasó – Nacho sentía culpa al igual que Sheila.
Dos días después, Nacho y Alan llegaron de la clínica, seguían haciendo los estudios para preparase para ser padres. Nacho decidió no decir nada, no era el momento. Eliseo se presentó en el hospital al enterarse de lo que pasó con Sheila, eso los tomó por sorpresa.
- ¿Dónde está Sheila? – preguntó Eliseo.
-Está hablando con el médico. ¿Como te enteraste? – le cuestión Nacho.
-Me dijeron en el bar que ella estaba aquí.
Unos minutos después, el médico salió junto a Sheila, ella era la madre de Gael y tenía que responder, Nacho era el padre que Gael decidió tener, pero legalmente no tiene un vínculo con él.
- ¿Qué te dijo el médico? – preguntó Nacho.
-Ya está despierto. El agente quiere interrogarlo, tengo que estar presente.
-Eliseo está allá – lo señaló al fondo del pasillo.
Sheila se acercó a él.
- ¿Qué haces aquí?
-Me dijeron en el bar que aquí estabas.
-Esperé tanto tu llamada – le reclama a Eliseo.
-Tuve algunos problemas con el ganado, varios murieron por una bacteria. Intenté llamarte, pero no pude.
-Está bien.
- ¿Qué fue lo que pasó?
-Nada. Fueron unos golpes. Gracias – Sheila no tenía cabeza para pensar en nada.
Sheila y el agente pudieron hablar con Gael y dijo todo lo que pasaba.
-Necesitamos que nos digas toda la verdad – el agente le comenta.
-Mi mamá pasaba mucho tiempo afuera de la casa, trabaja mucho. Yo no tenía con quién platicar así que me busqué una aplicación por celular para compartir mis problemas. Ahí encontré muchas mujeres solas que buscan placer.
- ¿Alguien te obligó? – preguntó el agente.
-Nadie. Yo mismo lo formé. Ellas comenzaron a enviar sus números y yo me ponía en contacto con ellas, me pagan en efectivo y teníamos sexo.
- ¿Tienes los mensajes?
-Sí, toda la información está en el perfil de la aplicación.
- ¿Cómo es que estabas tirado en un barranco?
-El exesposo de una clienta nos siguió, entró al hotel y me golpeó, me llevó a su carro y me botó ahí yo creo que pensó que estaba muerto.
- ¿Tienes la dirección de esa mujer?
-Sí – responde el adolescente.
-Por el momento es todo. Le pido que no presione al joven. Yo volveré mañana para seguir con esto.
Sheila estaba llorando en un rincón de la habitación del hospital.
Continuará…
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