Y de repente las luces se apagaron.
El telón bajo violentamente
y no hubo más actos…

La historia quedo inconclusa
en el escenario, mas no en esa vida
cotidiana que ambos siguieron.

Nuevos rostros, - inclusive cuatro almas nuevas
que corren felices mientras sus risas inundan
el espacio, su mundo, su realidad-, sustituyeron las promesas.

Si, su realidad a veces recuerda noches extrañas,
complicidad que se mezclaban con sueños, esperanzas fallidas…
entre notas de un piano que nostálgico recuerda ese encuentro.

Un encuentro que no fue, que espera paciente entre el cielo
un ave de metal enorme que rasgue con sus alas el aire y por fin
nos lleve a ese punto medio ...

donde las miradas se crucen, donde las sonrisas lo digan todo,
donde las manos apresuradas se busquen para no soltarse…
al menos ese día, al menos ese intervalo de tiempo

que tendrán para saldar deudas, besos, palabras
que se entretejieron entre dunas, playas y ciudades
que monótonamente esperan impacientes el momento…