EXCELENTE AMBIENTE SOCIAL

Mi juventud fue divertida, ya con muchos inviernos encima me he convertido en observador de la conducta humana. Interesante.

Ha despertado mi curiosidad la veracidad del dicho popular: “de joven pecador, de viejo rezandero”.
El mejor ejemplo de lo anterior es mi amigo Pepe, desmadroso en su juventud, se decía librepensador, come curas, quiso ingresar al Partido Comunista, no lo aceptaron (me imagino que por pendejo). Ahora en su decrepita vejez (siente pasos en la azotea), anda con la biblia en la mano, rezándole a Jehová y a todos los santos, incluyendo a San Juan Diego.
—¡Por qué tan piadoso? —le pregunté.
—Para ir a la Gloria cuando el Señor me llame.
—Te vas a aburrir.
—¿Por qué?
—Por lo que dijo con mucho tino Mark Twain: “me gusta el cielo por su clima, pero prefiero el infierno por su excelente ambiente social”.