| DEUDAS
 Mi compadre Eutimio, alias Timo, tiene el orgullo de ser norteño, del mero pueblo de Cuencamé, Durango de donde para su fortuna tiene dos aficiones: su religiosidad, guadalupano de pura cepa, dice que la virgencita es su representante ante Diosito, Su otra afición y por cierto muy arraigada es su gusto por el delicioso “sotol”, que fabrican en su tierra, claro, que no es despreciativo a cualquier brebaje le entra con singular entusiasmo y alegría.
 Es muy amiguero, simpático y con sus cuates con no disimulado contento se pone unas “melopeas”, de padre nuestro y señor mío.
 Al día siguiente del agasajo, que puede durar incluso varios días, arrepentido acude a la iglesia del pueblo y con fervor, hincado con humildad se pone “a mano” con el Señor rezando:
 
 “Señor, Dios mío
 Si yo, tomando te ofendo
 Con las crudas que me das
 Me sales debiendo”.
 
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