Preocupado con mi cada vez más notoria ausencia,
salí decidido a encontrarme una y otra vez más,
desestimando todos los viejos y gentiles adjetivos
esos mismos que yo mismo me fui construyendo
esas contraseñas para cruzar todas las entradas.
En mi urgente inocencia creí haberme encontrado,
me vi despojado, desnudo, esquivo y tan ausente
estaba muy próximo de mi último lugar recordado
pero estaba muy distante, diferente, como un otro
y de aquel yo, solo quedaba una apariencia física
Sin la palabra más amable, sin casi ningún gesto,
en un silencio irreconocible, yo me acerqué a ver,
verme como quien ya no se reconoce a sí mismo,
en una distancia desequilibrada entre yo y mi ego
en una imagen que me despertó pasado y presente.
Indefinible el retrato que solemne me idealizaba,
me despojé como un Quijote en su postrera hora,
me reinvente sin inventar nada nuevo, reencuentro,
me crucé conmigo como en un destino inacabado,
me vine a encontrar finalmente muy próximo de mí.
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