No se murió el amor parte 9

En la cena se comportó extraño, Alan se dio cuenta de que algo no andaba bien.
- ¿Te pasa algo? – le pregunta Nacho.
-No. ¿Por qué lo preguntas? – Gael quiso saber.
-Tu plato está intacto. No dejas de mirar el reloj ¿tienes algo pendiente?
-Nada – el joven no era de muchas palabras.
Gael medio comió y se fue a dormir, Alan fingió cansancio absoluto, tenía que investigar. Entrada la noche, Alan bajó en completo silencio, minutos después el joven bajó con una maleta, abrió la puerta y salió. Alan se quedó en sillón esperando el regreso del joven. Dos horas después se brincó la barda y entró por la puerta grande.
A la mañana siguiente, Alan estaba tentado en decirle a Nacho lo que vio. Gael hizo lo mismo todas las noches que estuvo en la casa de su papá.
Alan tenía que decirle la verdad. Pero necesitaba pruebas, por ello, una noche despertó a Nacho.
-Nacho, Nacho, despierta.
- ¿Qué pasa?
-Es Gael.
- ¿Qué pasa con Gael?
-Está saliendo de la casa – Alan le decía a Nacho que no daba crédito a lo que escuchaba.
- ¿Que?
Nacho bajó de inmediato, el joven ya había cerrado la puerta y desapareció entre los carros.
- ¿A dónde fue?
-Toda la semana fue así.
- ¿Y me lo dices ahora? – Nacho se tocaba la cara con las manos.
-Necesitabas verlo tú, no me ibas a creer.
Esperaron dos horas. Y nada, el joven no regresó.
- ¿Cuánto tarda? – pregunta Nacho muy angustiado.
-Dos horas.
Pasaron tres horas y lo llamó al celular, pero no respondió. Algo andaba mal. Alan comenzó a sentir culpa, esto se pudo evitar, pero solamente así Gael dejó de poner en riesgo su vida.
Alan y Nacho se subieron al carro mientras Sheila seguía en el bar. Nacho llamó a la policía para denunciar la desaparición de su hijo.
Llegaron a la policía, Alan tuvo que declarar lo que vio, no tenían idea del paradero del joven. Le llamaron a su supuesta novia, ella sabía todo lo que Gael hacía. Sus padres no la dejaron salir de la casa. Sheila respondió el teléfono pasadas las 6 de la mañana. De inmediato llegó a la policía, ella y Nacho tenían que responder por el joven.
Los padres accedieron a que Leila fuera a la policía, mientras que Gael seguía desaparecido. Leila dijo todo lo que sabe por la presión que ejercieron sobre ella.
-Hija ¿Dónde está ese muchacho? – pregunta el padre.
-No lo sé – responde temerosa.
-Debes decirnos, él podría estar en peligro – el agente interviene.
En ese instante, Sheila llegó a la policía.
- ¿Qué pasa con mi hijo? – le pregunta a Nacho.
-Su novia está dando su declaración.
-Pero ¿Qué pasó exactamente?
Sheila entró a las oficinas y logró escuchar lo que la joven estaba declarando.
-Gael se dedica a la prostitución.
- ¿Qué estás diciendo niña? – Sheila entró a la oficina.
-A mi hija no le hablas así. ¡Mírate! Tienes facha de zorra, llevan toda la noche tratándote de localizar. Ya oíste, tu hijo es fácil igual que tú – la insultó el padre de Lesli.
-Señora, le pido de que se comporte – el agente no entendía nada – Me quieres explicar todo, por favor.
-Gael, trabaja desde hace un par de meses así. Él mediante una aplicación ofrece servicios.
- ¿Qué servicios? – pregunta Sheila.
-Yo siempre le dije que eso era peligroso.
- ¿Él te obligó a hacer algo? – pregunta el agente.
-Cómo se atreve – Sheila le gritó al agente.
-Señora, también le pido que se comporte. Te escucho – se dirige a la joven.
-Nunca, nada más me platicaba de sus cosas. Somos amigos. Solo eso.
- ¿Qué hace con exactitud?
-Lo contratan mediante una aplicación para ofrecer sus servicios sexuales a mujeres.
Sheila estaba arrodillada en el piso llorando. Seguía sin entender.

Continuará….