Pasabas por mis letras
después que habías pasado
volvías a pasar,
como si yo escribiera
en lengua indescifrable
nunca dejabas tus huellas.
Jamás entendiste que el poema
hay que llevárselo a casa
y luego a los labios,
en seguida tragárselo
con todos los deseos
del que anda hambriento
de espíritu y de sueños.
Ibas y venías
de página en página
y por todas las autopistas,
sin encontrar pistas
de aquello que buscabas
con tanto y tanto afán.
Un día te encontré por la calle
por donde yo solía caminar,
como no tenía que regalarte
te regalé la luna
en ella el poema.
Te invite al instante
a mirar las estrellas,
sólo ahí comprendí
con gran tristeza
que andabas ciega.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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Texto agregado el 10-12-2021, y leído por 117
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