La Esperanza

La mitología se repite.
La primera mujer, Pandora, creada por Zeus, recibió una caja que prometió no abrir, Eva, por su lado le prometió a Dios que no comería el fruto del árbol del bien y del mal.
Eva no resistió a la persuasiva voz de la serpiente y por su lado Pandora abrió la caja de la que escaparon difusiéndose por el mundo toda clase de pestes y clamidades, incluído el Covid19.

Lo que hoy me interesa saber es ¿por qué se quedó en el fondo de la caja la esplendorosa Esperanza?
Pensando con un mínimo de lógica debería deducir que a pesar de su apariencia, la esperanza es un mal tan deplorable como las muchas otras calamidades de la caja. Estoy convencida de que se la incluyó en la caja porque es un mal. La esperanza es un mal porque se proyecta sobre el futuro vistiendo un ropaje atractivo y fantasíoso cuando en realidad miente y engaña al desplegar su brillante abanico de roseas posibilidades.

Los otros males son insidiosos y no lo dizfrazan, ella en cambio engaña con su apariencia porque transmite el veneno del miedo, el miedo de no estar a la altura de las expectativas y de las promesas de felicidad que promete.
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