La vi partir
se dejó atraer por el mar
y se fue en el agua
hacia el infinito.
Tiene el alma infinita
de mar encrespado
y mar en calma,
caminaba por la playa
luego se iba mar adentro,
el mar la acariciaba,
solo él podía tocarla
y humedecerle hasta el alma.
Yo la imaginaba
fluyendo entre las olas
como una sirena
hermosa y sabia.
No partía corazones
pero nublaba los sentidos
al punto de que muchos
se iban tras de ella
sin saber que los llevaba
a profundidades peligrosas.
Cuando no iba al mar
iba a la montaña,
le gustaba estar sola
y andar descalza
sobre hojas secas.
No le gustaba
que la interrumpieran
cuando estaba con ella misma.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA