Estaba en el asiento de un autobús hace varios años Era tarde y me vencía el sueño, pues me había quizá excedido un poco en el horario de salida. No tenía muchas ganas de volver a casa. Era una noche de mayo y lo que esas noches implicaban, la llegada de la temporada más calurosa en mi ciudad. El calor era otro motivo para adormilarme... Estaba por tomarme Morfeo cuando los ví subir al autobús.

Era una pareja joven, sin duda adolescentes que viven la inocencia del primer amor. Se miraban con ternura y un poco de malicia, como experimentando el amor en los ojos del otro.
Bajaron en una calle cerca del centro y caminaron tomados de la mano.

Seguí en lo mío, quizá con alguna frustración de ver los arrumacos de éstos párvulos, y ví que subía una pareja casada. En los ojos de éstos no había la magia de la primer pareja . De hecho, fueron discutiendo todo el camino hasta que la señora perdió la paciencia, usó su pesado bolso para darle un golpe al iracundo esposo el cual provocó las risas de los pasajeros y luego pidió la parada para salir del autobús. El hombre bajó luego de tres cuadras.

Me quise desentender de aquel bochornoso evento poniendo los audífonos en mis oídos para oír mi música en paz. Al aproximarse a mi colonia, al autobús subió una pareja de ancianos. El caballero ayudó a su esposa a subir por las escaleras, y luego de asegurarse de que ella estaba cómoda a bordo, procedió a abordar con ayuda de su bastón. Se sentó al lado de aquella ancianita y se abrazaron para iniciar su viaje... Me sentí feliz por aquellas personas, y me llegó el momento de bajar.

Al caminar a casa pensé: el amor no lo es todo en una pareja, pero sin duda es la parte más importante de la vida...

Y decidí decirle que sí a quien esperaba mi respuesta...

El Ángel de Alas Rotas