que aprendí de la pandemia... que hay que usar mascarillas y un metro de distanciamiento... trabajar más en la casa... comer bien y poco... salir más que lo necesario... me di cuenta de que trabajando con la cabeza se ordena mejor... ¿la muerte?... es inevitable... todos vamos al mismo final... pero nadie sabe lo que va pasar luego... si hay cielo o no, es una cuestión de fe... pero nadie en estos tiempos ha vuelto de aquel lugar, a menos que tengamos la fe de que nuestro señor regreso entre los muertos... personalmente la muerte escapa la imaginación y la razón... veo como día a día en este planeta mi cuerpo se desgasta más y más... los ojos se apagan y los sentidos en general... el cuerpo empieza a encogerse y los cabellos si es que los hay empiezan a blanquearse, así como la nieve, señal del frio que le espera al cuerpo... y la mente empieza a fallar... olvidamos el día en que estamos, las cosas en el lugar en donde dejamos... la ropa es diferente... y entre otras cosas, en mi vida mi espíritu se hace más imprescindible recordarlo y acudir a él... le necesito, así como el agua para calmar la sed de comprensión y paciencia... he vivido cosas hermosas y muy terribles... y con el tiempo las recuerdo con nostalgia y las veo tan hermosas cuando pasaron... ya mayor y en el umbral de los que están de salida siento ganas de amar lo único que vale la pena... y esto es para este ser tan débil e ignorante es la paz con uno mismo... tocarla y untarse de esa paz es todo lo que busco en estos tiempos... uno se aleja de la gente estridente y busca la tranquilidad... uno evita de todo aquello que nos saca de aquel sentimiento... y ya para cuando llegue el final, miraremos a la muerte ojo a ojo y ella tendrá la misma mirada... nos iremos juntos, pero siempre viviremos en los corazones de quienes nos recuerdan... y eso es todo lo que aún se... espero un día encontrar a aquel espíritu que está en todas partes y también en mí... le miraría y con un abrazo sincero, le amaría pues, escuché al señor decirnos que, hay que amar a Dios como a uno mismo... siento que se refería al Dios que está en cada uno de nosotros...