No se murió el amor parte 6
Gael estaba esperando a que su madre saliera por la mañana.
- ¿A qué hora te vas? – pregunta Gael.
- ¿Tienes algo que hacer?
-Nada más pregunto. ¿Vas a ir al bar?
-Sí. Ya sabes. No salgas, no teléfono – le advirtió Sheila.
-Mamá siempre me duermo – mentira.
Esa mañana fue larga, estaba esperando a que su mamá se fuera para poder hacer lo que ha realizado por más de seis meses.
Sheila salió al bar el sábado en la tarde. Gael, veinte minutos más tarde, tomó su maleta y se fue. Caminó hasta tomar un taxi por aplicación. Llegó a la casa y tocó la puerta. Una mujer en bata y lencería sexy lo esperaba. Gael pasó a la casa y despachó a la señora. Le dio el sexo más placentero que podía un adolescente de 16 años dar.
Terminó, cobró y se fue con un segundo servicio, fue una mujer de 32 años a la que le amputaron una pierna por un accidente, decidió pedir los servicios de Gael, la complace en lo que ella quiere.
Cansado, el joven hizo otro servicio. Servicio que le costaría muy caro.
Una mujer de 40 años, recién separada, golpeada por su expareja. Pidió servicio a la ampliación ilegal y Gael atendió el llamado.
Gael cometió el error de verse de nuevo con esa mujer.
Sheila estaba tentada en hablarle a Eliseo. Tenía más de dos meses sin saber nada de él, después de aquella revelación pensó que sería mejor así.
Salió a escena como todas noches, ese trasero lo movió increíblemente como siempre, esta vez quedó completamente desnuda frente a todos, pero ya no era lo mismo.
Entrada la madrugada, Gael llegó minutos antes de que llegara su mamá y de nuevo no sospechara nada.
El domingo Nacho visitó a Gael, quería platicar con él.
-Hijo, te siento lejos ¿todo bien?
-Sí- Gael dice desinteresado.
-Te noto extraño. Sabes que tu mamá y yo te queremos.
-Lo sé papá.
-Tómate unos días con nosotros, Alan te recibirá en casa.
-Gracias papá. Voy a jugar pelota.
Gael estaba distante.
- ¿Qué pasa con Gael? – pregunta Nacho a Sheila.
-Es la edad – Sheila estaba más preocupada por sus problemas.
-Sabes que no – responde Nacho - Lo invité a la casa ¿está bien?
-Llevo dos meses de no saber nada de Eliseo – sin hacerle caso a Nacho.
-Sheila...
- ¿Todo bien con Alan? – pregunta Sheila suelta de repente ella para cambiar el tema.
-No – le respondió - Alan y yo hemos tomado la decisión de agrandar la familia.
- ¿De verdad? - pregunta ella animada.
-Pero nos topamos con algo horrible.
- ¿Qué pasó?
-Fuimos a las oficinas de adopción y nos insultaron. Nos dijeron que debemos estar casados, y que para las parejas homosexuales es más difícil adoptar. Que los niños corren peligro con nosotros.
-No puedo creerlo – se lamenta Sheila.
-Ya hablé con Alan, dice que no vale la pena, pero pienso ejercer una demanda en contra de esa mujer, ya tengo todos sus datos. Un abogado de la empresa llevará mi caso.
-Creo que sí deberías demandar. Ahora, no tienes la necesidad de pasar todo eso. Hay otras opciones.
- ¿Cuales? ¿Robarnos un niño? – se cuestiona riendo.
-No. Rentar un vientre.
- ¿Cómo? – preguntó confundido.
-Hay mujeres que a eso se dedican. Rentan su vientre, tiene todo su embarazo, hay un parto o una cesárea, te dan al bebé y ya. Hay clínicas que se dedican a eso.
-Yo creo que eso es demasiado – Nacho se pone de pie - A Alan le va a parecer descabellado.
- ¿Quieres cruzarte con gente que te trate así? ¿Cómo esa mujer?
-No.
-Entonces, háblalo con Alan. Busquen información.
Continuará…
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