¿Hace cuánto que las manos se han detenido? Las mías no se pueden mover y mi pecho ya no sube y baja, ya no sube y baja. Mi cabello ha mojado la tierra y las alas se han puesto lodosas y sucias, ya no brillan blancas y puras, ¡oh, qué hermosas eran allá en lo alto! ¿Esto era lo que querías para nosotros, padre? Ya no estamos más entre las cascaras vacías del antiguo hogar del monstruo come-humanos. ¡Somos libres! Pero esta tierra pesa sobre mi cuerpo. ¿Hasta dónde te lleva a ti el viento? Nos ha separado, nos he separado, ¿tengo la culpa? ¡la sangre me pedía que volase cada vez más alto! Allá, en el sol, estaba el rostro de mi madre y tú sabes cuánto la extrañábamos. Por eso subí, no porque osara romper tus reglas, pero es que la belleza dorada del sol me atraía, era mi madre, la luz que nos permite renacer de nuestros cascarones y oh, ¿conoces el beso de la araña, padre? Nunca hay que confiar en las arañas, pero te besan y crees que es amor. Los rayos cálidos besaban mis labios, ¿era acaso el amor de mi vida? La mente se me quiebra y se derrama por las grietas de mi cráneo. ¿Escuchaste el sonido de mi cuerpo contra el agua? Fue después de que el sol me besará, que el sol me abrazará con su inmensidad, entonces caí, pero mientras caía iba sonriendo porque vale la pena alcanzar (¡aunque sea una vez!) la parte más alta del sueño aunque luego nos desplomemos en la miseria. Ahora hace frío, en este pedazo de tierra a donde sus manazas me trajeron. Él, que está en todas partes, que es el predilecto de Aquellos. ¿Sabes, papá, que algún día lo van a crucificar? Olvidaran sus antiguas hazañas y lo recordarán porque murió en la cruz, pobre, olvidarán que fue humano y lo recordarán solamente por la conveniencia de la salvación que tanto anhelamos y que tanto nos desespera. Espera, silencio, allá arriba un gato anda caminando sobre mi tumba: ¿es el gato morado que ha llegado tarde a nuestra cita? Papá, ven aquí abajo, tengo frío y mi madre se ha quedado allá arriba, ¡pero no me arrepiento! ¡Sus labios eran de miel y puedo morir en paz sabiendo que me superé! ¿Era madre realmente o era apenas un beso venido del futuro que no tendré? ¿Quién me habrá amado en aquello que no conocí? Hace tanto frío aquí que las hormigas han empezado a hacer su nido en mí, ya sabes, somos una estirpe sin amor y la soledad ¡duele tanto!