La venganza de Laura.

Laura y Rafael llevaban varios años de casados y tenían dos hijos, eran trabajadores y gracias a eso llevaban una vida holgada, no eran ricos, pero tenían lo suficiente para vivir bien.
Desde hacía un tiempo, Laura notaba que su matrimonio ya no era como antes, a pesar de que no discutían ni peleaban, el distanciamiento de Rafael era muy notorio, pero ella pensaba que era debido a que últimamente no estaba muy bien de salud y por lo tanto no dijo nada y siguió con su vida como siempre, pero el final le llegó más pronto de lo que se imaginaban y una tarde se encontraba con su familia alrededor del ataúd en el que descansaba su esposo.
Laura volvió a su casa dispuesta a enfrentar el horrible dolor que le causaba el fallecimiento de su marido y por un tiempo trató de sobrellevarlo por sus hijos que extrañaban a su padre esperando que el tiempo que todo lo cura, les permitiera seguir adelante con sus vidas.
Como ya dije, eran una familia que, no siendo ricos, podían darse algunos lujos y el día llegó donde se leería el testamento que Rafael había dejado pronto, temiendo lo peor.
Cuando el abogado entregó el testamento que tenía en su poder, la casa, los terrenos y la casa del balneario, todo era para su esposa y sus hijos, pero una cláusula llenó de rencor a Laura, el flamante auto que hacía muy poco tiempo había comprado, no era para la familia sino para Carol, su amante
Con la condición de que fuera vendido y el dinero de la venta fuera entregado a esa persona.
Laura siguiendo las instrucciones de su esposo, puso un anuncio en el diario para vender el bendito auto.
Carol, avisada por el abogado de que pasaría a llevarle el cheque en cuanto el mencionado auto fuera vendido, lo esperó más rápido que lo que se hubiera pensado, el hombre se encontraba en la casa de la amante de Rafael.
Muy contenta la mujer recibió el cheque de manos del abogado, pero su sorpresa fue mayúscula, el cheque sólo contenía una irrisoria cantidad de tres dígitos.
Cuando Carol le dijo al abogado que era imposible que un auto nuevo se vendiera a esa ridícula cantidad a lo que el hombre le contestó que, si bien era muy cierto lo que decía, no había ninguna ley que le impidiera a la verdadera señora de Rafael, vender el auto al precio que ella quisiera y así termina la historia de la venganza de Laura.
Omenia.
Estimados lectores, si bien este parece un cuento, les aseguro que sucedió en la realidad, cierto día estábamos, mi esposo y yo leyendo el diario cuando vimos ese anuncio y recuerdo que los dos comentamos que el diario se había equivocado al poner el precio, pero los equivocados éramos nosotros, al día siguiente salió el encabezado en un diario, esa era la venganza de la mujer de Rafael, lo malo fue que nos perdimos de comprarlo!