Distingo la división, la separación de los hemisferios que controlan la realidad distorsionada a través de mi, lados supuestamente opuestos separados por el muro ilusiorio que creamos, que nos empeñamos en construir ladrillo tras ladrillo, autoengaño tras autoengaño, perdiendo la consciencia de nosotros mismos, de la persona que se encuentra delante...

La separación eterna de dos manos que se tocan sin abrir los ojos, anhelando el tacto que no ven.

recuerda... no escuches las voces...
el muro, el muro no existe, no existe...