Que puedo contarte desde la ultima vez que compartimos tiempo.
Llegamos mi hermana y yo muy temprano esa mañana del tres de noviembre.
El colectivo anduvo toda la noche rodando por la ruta, si hacia el norte.
Dentro de mi bolso negro cómodamente estaba tu bizcochuelo, charlaba sin pausa con el frasco de higos en almíbar.
Doce largos años desde aquella mañana, han pasado muchas cosas, algunas mejores que otras.
Te encontramos acostado en la cama, enojado, creías que no íbamos a llegar.
Al bajar del micro nos espero una bocanada de aire caliente, el calor a esa hora temprana en Posadas anunciaba el día cálido que se avecinaba.
Al vernos tu cara se transformo, sentiste alivio al ver que no había imposibles cuando lo superaban las ganas.
Mientras alistamos la torta, de frutillas, almíbar , maquillada con crema chantilly, adornada con frutillas robustas, bien dotadas por acá, por halla,.
La heladera cobijo la impecable torta vestida de cumpleaños, mientras el asado se iba dorando, la lechuga se daba baños de inmersión, entre tanto peleaban los tomates , solo era una discusión, ¿cual era la verdura mas importante? en una excelente ensalada.
Doce años que nos reunimos con vos almorzar, alguno de tus nietos, alguno de tus hijos.
Estabas diferente, pero supiste disfrutar de la reunión, cuando nos quedamos solos compartimos un truco, algo había cambiado, no reís como antes, se nos perdió esa picara chispa que nos tentaba reír a carcajadas.
El reloj seguía corriendo sin pausa, la mesa fue rodeada por todos, las cartas fueron olvidadas, las copas se llenaron de burbujas, los corchos rebotaban.
Los velas encendidas, acompañaban por el coro que te cantaba, dándote ánimos para que con fuerza soplaras.
Mire tus ojos, percibí que en ellos tenias las luces apagadas, faltaba el brillo, esa picardía que te caracterizaba ¿donde estaba?.
En ese mes y medio alguien te había robado ese don con el cual te conocí, sabia que lo perdiste, encontrarlo papa´, el micro parte ya, nos debemos marchar.
La despedida me asfixio mas que el sofocante calor, nos abrazamos con un hasta pronto, guardo en mi memoria tu mirada perdida, esa mirada oprime mi corazón. Te miro , nos miramos, el dolor me persigue hoy .
No encontré las palabras que te animarán, que te dieran alegría, para que tu traviesa personalidad volviera a vibrar en tu ser.
CAL.COR
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