A ella le gustaba aparentar, su belleza exterior hacia que todos la miraran. Era la envidia de iguales. Ella se esforzaba por mantenerse cuidada, linda, sin ninguna marca que la pudiera ver menos bella.
Todo ocurrió un día, nunca se sabe si el destino se emperro con ella o fue una obra del diablo o de Dios o ambos. Nadie la quería ver así. Todos la envidiaban y sus dioses querían que sufriera una vez, por lo menos.
- Tiene que crecer!!! Se tiene que hacer fuerte!!!- se escuchaba desde los palacios más altos del cielo, mientras discutían el Diablo y Dios.
No tardo más de 5 segundos en convencer a Dios y ahí fue el mensaje. Una vez definido, se tenía que llevar a cabo, según procedimiento de la santa eucaristía y los santos apóstoles, durante los 5 días.
Ese sábado, cuando se cumplía el 5° día, Mariana salió hacia el barrio de Avellaneda con una amiga y en el transcurso de ese viaje, una perrita sale de la nada junto con una nena. La desesperación de Mariana al verlas, hace que intente una maniobra girando hacia la izquierda y frenando, salvando la vida de ambas. Por otro lado y estando Dios y el Diablo como testigos y vigilando que no pase más de lo acordado, un Volswagen Bora de color magenta, que venía atrás de ella, la impacta en el vértice posterior izquierdo, arrancando de cuajo el guarda barro del Peugeot 207. Ella, ese Peugeot 207 que todos envidiaban, quedo sin su guarda barro. Ella, se quedó sin cola.
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