Ayyy, los candidatos la decepcionaron bastante... Llamó uno que por la voz prometía ser todo un galán, por lo que lo esperó en la vereda con el corazón latiendo a todo lo que daba, arreglándose el moño del cabello y alisando su falda, (pero al final, ¿puso la Agencia para ella o para quiénes?) en fin...
Lo vio llegar en un auto de esos que parecen una limousine de tan largo, pintado de rojo furioso brillante. Esperó ansiosa la aparición del señor y no dio crédito a sus ojos cuando se bajó. Debía medir un metro y poco más. No era un ser pequeñito, pero casi. A ella no le molestaban para nada las personas pequeñas, pero era evidente que el hombre tenía un gran complejo para tener semejante auto, ¿no les parece? Como sea, lo atendió, aunque no fue posible conseguirle la mujer que pretendía. Le interesaba nada menos que una Amazona rubia de 1.80 mt!
El siguiente señor, tenía una especie de rancho encima de la cabeza, algo que pretendía ser un peluquín pero muy mal confeccionado y ella pensaba el porqué los hombres tienen tanto complejo de sus calvas, si últimamente se han puesto de moda y se afeitan toda la cabeza. Así, con ese mamotreto no se encontraba ni remotamente presentable, pero como no tenía confianza, tampoco se animó a decirle. Los días subsiguientes le dieron la razón, a ninguna de las chicas que llamó le interesó, sobre todo por el artefacto peludo, una pena la verdad.
A la semana llegó la primera mujer, una muy atractiva mujer de unos cuarenta años, de buen pasar, se la notaba muy fuerte y confiada, era independiente, una profesional de mucho éxito. Respondió con gran seguridad el test casero (que había sacado de una revista romántica la señora D) y quedaron en comunicarse en cuanto tuviera alguien para ella. Todos los señores que le presentó, huyeron espantados, ¿el motivo?. Luego de una sesuda meditación, la dueña de la Agencia, llegó a la conclusión que a algunos hombres, los puede asustar una mujer bien fuerte y exitosa. Prefieren quizás alguien sumiso, que los admire, ame, y haga lo que ellos sugieran.
Llegaron otras y otros, algunos "otros" que querían tener una novia para acallar rumores, había de todo. La mayoría mentía descaradamente respecto a la edad y cuando nuestra adorable señora les pedía documentos, alegaban mil y una excusas. ¡Hubo hombres de más de ochenta años que pretendían atractivas señoritas de hasta treinta y cinco para tener hijos! También apareció otro tremendamente gordo, diría que muy obeso directamente, el cual le insistió hasta el cansancio que ponga en su aviso: “Muy Buen físico, aspecto Atlético” y le discutió diciéndole que hace unos años era así. Se retiró sumamente ofendido, cuando la Señora D no aceptó. Ella sería alocada, sí, aventurera y diferente, pero no mentía a sus clientes, faltaba más.
En fin, la mujer no daba abasto a los pedidos, la mayor parte eran de mujeres solas. Claro que en su mayoría no eran bonitas, pero tenían otros atractivos pensaba la señora. Un día fue a la Agencia un hombre muy guapo, y todas suspiraron. Era de esos que tienen ese no sé qué, que enloquece a las mujeres. Cuando lo atendió, le pidió conocer una mujer, dijo no importarle la edad, con la condición de que tuviera un excelente pasar, casa propia, y bienes comprobables, ejem...a ése por poco lo sacó de patitas a la calle. Miren si iba a ser cómplice de arruinarle la vida a una pobre señora, ni hablar! mejor perder que encontrar a esos sinvergüenzas. Claro que los señores también le contaron de una chica que había aceptado en su Agencia y salió con varios, diciendo siempre que le robaron o no tenía para el taxi, o le pasaba lo que sea, pidiéndoles a todos abultadas sumas de dinero. O sea que pícaros hay en todas partes, sí señor.
A los pocos meses llegó un hombre golpeado por una de sus candidatas quejándose con justa razón, en ese momento se enteró que no sólo los hombres golpean. Indagó el motivo y la verdad es que era una tontería, sólo porque no le agradó el restaurante al que la llevó, lució su puño sobre el ojo de su acompañante. Un amigo del pobre, le pidió una chica que no sea gorda, ni petisa, ni loca, la quería muy bonita pero que no se la crea. Hubo de todo en esa Agencia y un buen día, la Señora D, se hartó y la cerró. Cerró su Agencia Matrimonial muy desanimada, bastante frustrada, con el ánimo arrastrado por todo el piso, ya que no había conseguido hacer ni una sola unión. ¿Cómo podía ser eso?, ni siquiera para ella...
Pero al rato, se acordó de algo, no era cierto que no había podido unir ni a una pareja. Al recordarlo, sus ojazos se llenaron de lucecitas y volvieron a chispear de lo lindo. No todo había sido en vano, ella fue capaz de unir a dos seres maravillosos que con el tiempo sin duda, mostrarían al mundo los frutos de esa unión. Cruzó a su divina perrita Bull dog con un novio super arrugado importado de España, que se sabe, son bien machitos!!! |