Romántica vecina conversa a su mascota, quien contesta. Dulzura.
Gírgolas ensalsadas con queso vegano la saludan en la mesa de su comedor.
Saboreo el aroma del jugo con agua mineral.
Allá reina el decorado de madera pintada.
Biósfera y otros murmullos. Respiro.
De repente
ella imbécil en su depto decide erradicar la primavera a ventanazos.
Espanta intespestiva a pájaro donante de canto aunque-cemento; protege a tres macetas (que él no necesita) con las que se supone ha domado la otra jungla. Esa.
Nos deja sin cielo a gatonto suyo y a mí.
Ahora todo el aire vacío (de pájaros, héroes, gestos y todo lo demás) es otro juntadero de smog para el gato y la tonta que suscribe. Esto es la ruina.
Ostenta verde de ella sola y provisión de alucinar música y aves.
No más bichos.
Su agronegocio que siempre resuelve.
Hija de mal padre guárdese su geranio!
A la mierda la vida! A la mierda la estética!
Nos seguimos muriendo inútilmente
y tu geranio también.