| Suplicio parte 23
 Confundida, se escondía cuando Eliseo asistía a su terapia. Quería que ese evento se repitiera, pero algo se lo impedía.  Nacho visitó a Sheila en su casa para ver a su hijo y platicarle lo que pasó con Alan en la cabaña.
 -Tengo que platicarte algo – Sheila lo jaló del brazo para llevarlo a la sala.
 -Gael ¿Dónde está?
 -Está en su cuarto. ¿Qué te pasa?
 -Me acosté con Alan.
 -A eso iba ¿Qué te sorprende? Yo le dije que te alcanzara. ¿Cómo estuvo? – le preguntó ella sonriendo.
 -Increíble. Pero me siento confundido, no quiero salir lastimado, Alan es una persona fabulosa pero tampoco quiero hacerle daño.
 -Tranquilo, no se están haciendo daño. Lo importante es que se gustan.
 -Ese es el problema. Desde que lo dejé en la puerta de su casa no hemos hablado.
 -Yo lo he visto en la oficina, normal en realidad.
 -No soy capaz de decirle lo que siento, no quiero que sea sexo nada más.
 -Habla con él, exprésale lo que sientes – le recomienda ella.
 -Estabas tan animada ¿Qué me querías decir?
 -Estoy igual que tú. No quiero verlo porque lo desarmo.
 - ¿Tantas ganas tienes?
 -No sabes cuantas. Me encanta.
 - ¿Pero?
 -No me quiero enamorar.
 -Eres buena para dar consejos, pero no para aplicarlos contigo.
 
 Y eso era, no tenía la cara para verlo y hablar de frente. Aquella mañana no pudo evitarlo porque estaba en la oficina.
 -Me evitas – le dijo Eliseo al verla entrar a la oficina.
 - ¿Qué quieres? – le pregunta Sheila.
 - ¿Qué fue lo que pasó?
 -Tuvimos sexo, Eliseo. Sexo, nada más.
 - ¿No sientes nada? – Le preguntó Eliseo acercándose a ella.
 -Aquí no, estoy trabajando.
 - ¿Entonces? ¿Solamente me vas a visitar para que follemos?
 -No. A mí me interesa tener algo contigo, pero hay cosas que…
 - ¿Qué cosas? -  Eliseo alzó la voz.
 -Entiende, uno de mis trabajos es bailar frente a hombres deseándome en la cama. Me gusta bailar, me gusta sentirme deseada por otros hombres, me gusta sentirme sensual ¿Puedes entender eso?
 -Trataré de entenderlo– respondió Eliseo.
 
 Esa misma semana, Nacho estaba convencido de que quería una vida junto a Alan, lo único que necesitaba saber era si el joven estaba dispuesto a compartir su vida con él.
 Nacho tomó la iniciativa y visitó a Alan en su casa para expresarle su sentir.
 -No te he visto en días- Nacho le pronunció.
 -Lo sé – Alan no estaba muy animado.
 - ¿Te pasa algo?
 -Mi mamá murió.
 -Lo lamento mucho. No sabía nada. ¿Qué pasó?
 -Toma asiento.
 -Gracias – Nacho lo tomó de la mano, sentado en el sillón.
 -Tenía muchos años que no la veía, estábamos distanciados porque no estaba de acuerdo con mi orientación sexual. Me alejé de ella y ayer me avisaron que murió en la mañana.
 - ¿Y su velorio?
 -No quiero ir solo – Alan le hizo la petición y Nacho no se negó.
 Tomados de la mano, la pareja llegó al velorio. La gente los miraba con recelo, situación que es común.  Alan se acercó a unas personas que no lo recibieron del todo bien. Vio el féretro de su madre cerrado, dio media vuelta y se fue junto a Nacho del lugar.
 
 Continuará….
 
 |