Fueron los tiempos del amor desatado
Y de la piel sacando chispas en la cama.
Por ese entonces
Soñabas despierta
Junto a la quimera más extraordinaria.

Era el escenario irreal de la locura
En las ilusiones imposibles de la tarde.

Y era la luna del delirio y la utopía
La que brillaba
Sobre nuestros cuerpos enlazados.

Para mí fuiste una diosa inevitable
Porque yo sin ser creyente te adoraba.

Toda la gracia provenía de tu cuerpo
Y en cierto modo eras más que humana.

Hoy las cosas han cambiado para siempre.
Y por mi cielo el tiempo pasó como en un rayo.

Solo tengo el devenir del desconsuelo
Y la soledad
Que a cada instante me acompaña.

La propia vida se fue
Como por arte de magia
Y junto con ella se fueron mis años.

Por eso en ciertas noches cuando me encuentro solo
Y tu voz me dice “amor” desde las sombras.

Siento que estás aquí
Sencilla y tierna
Junto a los recuerdos más desesperados.