Corrió como alma que llevaba el diablo, por más que le dijeron que se detuviera, no se detuvo, no regresó a ver hacia atrás. En ese momento ni siquiera una mujer desnuda lo detendría. Era un actor de cine muy famoso. Nadie sabía por qué corría. Un hombre se atravesó en el camino con la intención de detenerlo, pero todo fue en vano, pues se lo llevó por delante y lo dejó maltrecho en plena vía. Corrió todo lo que pudo, solo se detuvo cuando sintió morirse de sed. Como no tenía dinero para comprarse un refresco, tomó agua de la fuente que había en el parque. Apenas se hidrató siguió corriendo, un atleta de largo aliento le hubiera quedado en pañales. Llegó tan lejos en un tiempo tan cortó que ningún deportista de elite habría logrado derrotar al viento. Él lo había derrotado, a pesar de todo se sentía incompleto. Cualquiera en su lugar estaría satisfecho, pero lo invadía un sentimiento de impotencia que no podía ocultar. Corrió tanto tras de él hasta que logró alcanzarse. Había representado muchos papeles en su vida que le impidieron ser el mismo. Y ahora que consiguió ser él, le dio por morirse dejando deudas cuantiosas, hijos regados por todas partes. Se tomó en serio las películas que protagonizaba, en el cine fue un icono que todos buscaban, pero en su vida personal siempre estuvo vacío.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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